Dos familiares británico-isralíes de rehenes de Hamás hicieron este jueves en Londres un llamamiento desesperado a gobiernos, medios y comunidad internacional para "traerlos a casa" ante lo que tildaron de "otro Holocausto" y la "mayor crisis de rehenes que el mundo ha afrontado en décadas". | EFE/ Guillermo Garrido

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Dos familiares británico-isralíes de rehenes de Hamás hicieron este jueves en Londres un llamamiento desesperado a gobiernos, medios y comunidad internacional para «traerlos a casa» ante lo que tildaron de «otro Holocausto» y la «mayor crisis de rehenes que el mundo ha afrontado en décadas». En una abarrotada rueda de prensa, Noam Sagi, psicoterapeuta residente en Londres, cuya madre, de 75 años, fue secuestrada por Hamás el pasado día 7, y la artista y académica Sharon Lifschitz, cuyos padres, también tomados como rehenes, relataron hoy las experiencias de sus seres queridos e instaron a los periodistas a extender su mensaje para la pronta liberación de estas personas.

En el acto, convocado por el grupo Defend Isreali Democracy UK, Sharon Shochat, de la citada organización, recordó que «cientos de terroristas de Hamás se infiltraron en Israel en un despiadado ataque no provocado» al tiempo que denunció que los autores de las agresiones «fueron puerta por puerta arrebatando bebés a sus madres y sacando niños pequeños de sus camas, esposándoles y matándolos».

Shochat dijo que «según la legislación internacional, hay una palabra para denominar lo ocurrido: genocidio» al tiempo que señaló que, a manos de Hamás, «familias enteras han sido descuartizadas en sus hogares» y «se ha violado a niñas encima de los cadáveres de sus amigos» en un festival de música «por la paz».

Por su parte, Noam Sagi, de 53 años, tildó lo sucedido como «la mayor crisis de rehenes a la que el mundo se ha enfrentado en décadas» e imploró a «hacer lo que sea necesario para que estos rehenes regresen a sus casas».

En su emotiva comparecencia, este terapeuta afincado en Londres observó que «personas que sobrevivieron al Holocausto se han encontrado afrontando otro» e imploró a los periodistas a que llamen a Hamás «por lo que es: un grupo terrorista» que «utiliza a los medios para manipular opiniones».

«El kibutz donde nací (Nir Oz) se despertó ante una masacre, un segundo Holocausto», en el que Hamás «echó gas, quemó, descuartizó, mató y secuestró mayoritariamente a niños pequeños y ancianos», enumeró.«Estoy aquí porque tengo que pedir ayudar para liberar a niños, a bebés, a madres...», agregó.

Agi recalcó que su presencia en el evento de hoy es un «llamamiento para exigir justicia y no venganza».

Por su parte, y también visiblemente afectada, la académica y artista británico-israelí Sharon Lifschitz, de 52 años, recordó que «hay trabajo por hacer» y que «la situación no ha terminado».

«Hay rehenes en Gaza, a mi madre (de 85 años, a quien sacaron a la fuerza de su cama) le han desconectado de su máquina de oxígeno. Esto no va de qué es lo correcto y lo que no lo es», señaló.

Lifschitz explicó que sus padres ancianos fueron durante toda su vida activistas por la paz y trabajaron para una organización llamada Another Voice, que «cultivaba relaciones con comunidades cercanas y con Hamás».

La académica consideró además que «la distinción entre Hamás y la gente palestina debe quedar absolutamente clara».

Según datos proporcionados por los organizadores del evento de hoy, al menos 130 rehenes se encuentran ahora en manos de Hamás y del Jihad Islámico en Gaza tras el ataque «bárbaro» perpetrado sobre ciudadanos israelíes y pueblos en los que «niños, hombres y mujeres fueron asesinados en sus hogares, se ha violado a las mujeres y psicópatas sedientos de sangre se han grabando celebrando su carnicería, que incluía el asesinato de bebés».