Unión y Sporting, más que una final en la Copa Regional

Puesto que si bien las dos entidades, la primera con más de cien años de historia, y la segunda, con una década de recorrido que se inició a partir de los vestigios del extinto Mahonés, de siempre se han profesado una antipatía recíproca (recordar que la Unión, en 1974, formó parte del germen fundador del finado Sporting Mahonés, en lo que fue el inicio de las disensiones), esta se ha labrado fundamentalmente en los despachos y en los juzgados, registrándose múltiples episodios de antagonismo, sobre todo en tiempos de Dolores Pons y Gaspar Melsión en la presidencia sportinguista, y de Lito Sastre en la unionista, aunque escasos en el campo.

Con certeza, cuando uno y otro club han convivido en igualdad de fuerzas ha sido paradójicamente en años más recientes, en tanto que en el último cuarto del siglo XX la distancia deportiva entre dos proyectos que además apenas convergieron una única temporada en la misma categoría, en la Tercera Balear del curso 1980-81, era considerable en favor blanquiazul.

Pero los acontecimientos y el devenir del tiempo han invertido de modo radical la realidad y recorrido de una y otra causa, algo ininmaginable en los años 80 y 90 del siglo anterior, pero absolutamente evidente en el presente. Las ligas de 2018, ganada por el Sporting de Mahón, y la de un año después, 2019, que se embolsó la Unión, son los paradigmas de rivalidad más directo que recoge la cronología del fútbol local entre estos dos equipos que mañana se verán en una final de Copa por vez primera, y que para más inri, alberga el Estadi Maonès, hogar del CD Menorca, la tercera ‘pata’ de ese extraño    jeroglífico en el que desde 1974 se convirtió el fútbol mahonés. Una final, que por razones evidentes, saben uno y otro club, no se puede perder.

Vadell espera «un gran ambiente»

Pere Vadell afronta su enésima final de Copa, primera con la UD Mahón. El experimentado técnico de Es Mercadal, que según explica aceptó la propuesta de entrenar en San Carlos, «a mis 60 años, para tener el gusto de entrenar a un club con mucha historia», considera que su equipo alcanza la final «en un buen momento».

«Hemos superado un grupo complicado, muy igualado, y hemos sufrido para llegar hasta aquí. Parecía que Migjorn y Ferreries contaban con mejor plantilla, y al final hemos sido nosotros y el Sporting de Mahón los que nos jugaremos el título», valora Vadell, que destaca del equipo rival «que cuenta con gente de medio campo hacia arriba muy veloz, con gol, saben desarrollar un juego vertical y lo están haciendo bien, como todos los equipos que dirige Joan Melià».

Vadell, que es el entrenador con mejor palmarés de la competición, como también del contexto liguero insular, en cualquier caso confía en su equipo, un grupo «que nos ha acogido muy bien», al que sometió a una serie «de cambios» tácticos y también provisto de munición en la zona ofensiva.

El técnico, al que por otra parte no excita ni altera especialmente la rivalidad, más en los despachos que a nivel deportivo, que mantienen ambas entidades, alaba la decisión de jugar la final en el Estadi Maonès, «pues hará que haya mucha animación, un gran ambiente, estoy seguro de que será una gran jornada de fútbol».

Por último, Vadell admite que en citas como la de mañana impera la cautela. «Siempre hay más precauciones, y si avanzan los minutos y vas 0-0, piensas en que no te metan un gol antes que en marcar; muchas finales se han decidido por penaltis», termina Pere Vadell, técnico de la UD Mahón.

Melià «no» siente una presión añadida

Joan Melià indica que su equipo, el Sporting de Mahón, llega «bien» al partido por el título de Copa. El entrenador de Ferreries cuenta con todos sus jugadores «disponibles y en buenas condiciones físicas», precisa, para abordar el primer título de la temporada.

Colectivo serio y bien armado, el Sporting de Mahón, según anuncia su técnico, no alterará el guion ni el libro de estilo que le ha situado en la final. «Nuestro planteamiento es seguir con la línea de trabajo marcada hasta ahora. Además, ya hemos jugado contra la Unión, conocemos sus puntos fuertes, que intentaremos poder contrarrestar», anota Melià, que por otra parte reclama a su equipo tener «la efectividad necesaria».

Melià, que ha sido jugador y entrenador en la Unión, indica que ni ese factor ni la rivalidad existente entre los dos clubes en un ámbito más institucional alteran la percepción de lo que para él es «un partido más».

«He jugado y entrenado en ambos clubes y tengo el mismo respeto por uno y otro. Las circunstancias hacen que ahora esté aquí, en el Sporting, y por tanto defiendo sus intereses», razona Melià.

«No siento ningún tipo de presión añadida, se trata de un partido contra un rival de nivel, que tiene a un entrenador muy experimentado que lo ha ganado todo, por lo que es un reto, pero para mí no hay rivalidad más allá de eso, una rivalidad que además siento desde el respeto y la admiración hacia el equipo contrario», termina Joan Melià, entrenador del Sporting de Mahón.