La gesta de la corredora lituano-menorquina llegaría en un complejo circuito de 7,500 kilómetros, en un lugar precioso entre viñedos, para una competición en la que compitieron 110 valientes participantes en las tres modalidades de 6h, 12h y la prueba reina de las 24h, que fue la modalidad que eligió Segzdaite, empezando la carrera el sábado a las 9:30h de la mañana, hasta la misma hora del día siguiente. Una prueba en la que por la noche, sobre las 2 de la madrugada, llegaría el punto de inflexión, en su camino hacia el triunfo. Segzdaite y su compañero de carreras estaban a una diferencia en cada vuelta de entre 2 a 6 minutos y al final, después de tres vueltas de lucha, él se acabaría retirando, dejando el camino llano para su primera posición absoluta.
Estas 24 horas en Burdeos han supuesto para la lituana un verdadero test físico y de superación y, como ella misma admite a su vuelta a la Isla, «ha sido una de las pruebas más difíciles en la que he competido pero me siento muy satisfecha. No me retiré y superé todas las dificultades. Además, al anochecer empezó a llover y el viento, por lo que mucha gente dejó de luchar». Para esta carrera Segzdaite estaba muy preocupada y hasta «con desilusión y tristeza de no poder prepararse al cien por cien, ya que hace meses que arrastra dolor de juanete y antes había sufrido un esguince de tobillo de grado 3», señala. «Llegué a temer si podría competir pero no se rindió».
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