REBASSA. La nueva presidenta del Cercle Artístic, ayer tras su primer acto oficial - LLAC

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Maria Josep Rebassa Giménez se estrenó ayer noche como presidenta del Cercle Artístic de Ciutadella. Lo hizo en una conferencia con el patio de butacas lleno, y con la convicción de quien asume el timón de un barco de grandes dimensiones pero sabedora de sus posibilidades. Con 37 años, esta profesora de Biología en el Instituto Maria Àngels Cardona de Ciutadella deberá encontrar la fórmula que le permita conducir el rumbo de una entidad histórica en Ciutadella, que quedó sorprendida por la dimisión de Paulín Amorós pero que se resiste a perder ni un ápice de su importancia y prestigio.

Rebassa entró en el Cercle cuando lo presidía Pau Gener, y asumió la gerencia de la entidad. Después pasó a vocal primera, y cuando Esperança Pons presidió la entidad pasó a ser la secretaria del Cercle. Después, cuando Paulín Amorós cogió el mando, Rebassa pasó a ser vicepresidenta primera, al ser entonces la persona que más tiempo llevaba en la entidad. Ahora, el Cercle vuelve a estar en manos de una mujer repleta de ilusión.

Llega usted a la presidenta en circunstancias inesperadas. ¿Cómo se siente?
Relajada y con mucho coraje. No voy a negar que esta situación me ha cogido por sorpresa, no era mi idea llegar a esta situación, no lo era como mínimo en un futuro inmediato. Pero tengo muy claro que la ilusión y el coraje son grandes, y además tengo la suerte de tener un equipo humano extraordinario, una gente trabajadora y que se pone a atajar los problemas de inmediato. Es, sinceramente, un equipo humano como he visto muy pocos antes.

La dimisión de Paulín Amorós ha sido inesperada, y ha ido acompañada de críticas a la gestión de la entidad. ¿Cómo valora la marcha de su predecesor?
Primero causó estupor, porque nadie se esperaba una cosa así. Incluso debo confesar que en un momento dado nos dejó muy despistados, como no sabiendo qué hacer. Pero luego bajamos a la tierra de nuevo y vimos que debíamos continuar y abrir una nueva etapa, agradeciendo siempre la labor que Amorós ha desempeñado al frente de la entidad.

¿Y cómo valora las críticas que realizó Amorós al funcionamiento de la entidad?
Entiendo que expresó una opinión desde un punto de vista absolutamente personal, y por eso mismo creo que no debo entrar a valorar estas opiniones, puesto que no quiero participar en una dialéctica de este tipo. Nosotros tenemos las cuestiones que denunciaba Amorós claras y asumidas, y en algún momento seguramente que algunas de ellas serán puestas sobre la mesa.

¿Puede decir cuáles?
No creo que sea el momento, cada cosa a su tiempo.

Miremos entonces hacia adelante. ¿Cuál será la línea que seguirá usted al frente del Cercle?
El modo en que he accedido a la presidencia no me ha dado margen de tiempo para elaborar ningún proyecto, ya que no presenté ninguna candidatura. Pero creo firmemente en el proyecto desarrollado por la junta directiva, si bien siempre hay cosas que se pueden mejorar. Seguiremos con el planteamiento actual de conferencias semanales y de apoyo a las entidades adheridas, y por supuesto seguiremos gestionando uno de los referentes de la entidad como es el Premi Born de teatro.

¿Cuáles son las asignaturas pendientes de la entidad?
Por un lado, conseguir más participación de la ciudadanía en los actos que organizamos. En alguna ocasión la tribuna de nuestra sala ha estado ocupada por voces de gran calidad y prestigio, y en cambio las butacas estaban prácticamente vacías. Por otro lado, creo que es necesario trabajar en la difusión del Premi Born, no ya en los medios especializados, donde goza de gran repercusión, sino en la ciudadanía y en los medios de comunicación generalistas.

Pocos años atrás el Cercle estuvo de moda. La medalla de Oro de las Bellas Artes, el 125 aniversario... Fue un momento álgido en la historia de la entidad. Según su opinión, ¿cuál es el estado de salud del Cercle Artístic a día de hoy?
Es un estado de salud bueno. Desde el momento en que hay gente dispuesta a seguir trabajando de manera altruista y voluntaria, haciendo piña en los momentos de dificultad, queda claro que estamos en una sociedad sana. Eso sí, no hay que esconder que la crisis económica también nos pasa factura, y que el recorte de las subvenciones nos afecta. Pero aún así, creo que seguimos en un buen momento.