La mujer fue interceptada en la terminal tras bajar del buque de Baleària.

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Procedía de Barcelona, a bordo del buque «Cecilia Payne», de la compañía Baleària,  y portaba en el interior de su organismo 160 gramos de droga repartidos entre 100 de heroína y 60 de cocaína, además de otros 10 gramos de marihuana, con la que pretendía traficar en la Isla.

La mujer, española de 34 años, residente en un apartamento okupado del complejo de Ses Canaletes, en Son Parc, fue interceptada el pasado lunes, día 19, sobre las 20 horas, por agentes de la Guardia Civil en la terminal del puerto de Son Blanc, en Ciutadella, minutos después de haber descendido a pie del barco en el que se había desplazado para transportar la droga.

Imagen de la droga incautada difundida este martes por la Guardia Civil.
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Los agentes de la Policía Judicial del Instituto Armado en la Isla aguardaban su llegada a la Isla, con la sospecha fundada de que pudiera ejercer como ‘mula’ portando la sustancias tóxicas en el interior de su cuerpo, práctica que supuestamente ya había realizado en otras ocasiones. Era el resultado de la investigación llevada a cabo desde hace varias semanas por el equipo judicial de la Compañía de Maó. Fue detenida en ese momento y conducida al cuartel donde  una guardia civil le practicó el cacheo y ella acabó admitiendo que llevaba en su interior, envuelta en dos preservativos, la droga reseñada cuyo valor podría aproximarse a los 10.000 euros en el mercado negro, según la sustancia de corte que se pretendiera aplicar.

En la misma terminal le aguardaba un hombre, también español, de 39 años, e igualmente residente en los apartamentos ocupados de la urbanización de Es Mercadal. Los agentes procedieron a su detención por su implicación en el caso aunque ya pesaba una orden de arresto sobre él por otra causa.

Ambos detenidos fueron puestos a disposición judicial en el Juzgado 2 de Ciutadella, la pasada semana. La mujer, asistida por el abogado José de Juan López, y el hombre, quedaron en libertad provisional con cargos. El letrado defendió que no existía riesgo de fuga, que tenía familiares dependientes a su cargo y que había colaborado desde el primer momento de su detención.