A lo largo de la historia, cada avance tecnológico, cada revolución, nos ha aliviado del esfuerzo y ha supuesto también la reconversión en el sector afectado, cuando no ha puesto patas arriba no solo un modo de fabricar sino la vida misma de la sociedad. La lucha contra corriente, en un intento desesperado de aferrarse a una forma de hacer, a los puestos de trabajo, ha sido normalmente estéril. La técnica se ha impuesto y el reciclaje profesional también, porque esas tareas que hacen las máquinas, esos empleos, no suelen volver. Internet y los móviles son ya un fenómeno consolidado que ha cambiado la concepción del mundo, la forma de comunicarse, con sus virtudes y defectos, y al que ha habido que adaptarse.
Vía libre
¿Pagarán a Hacienda los robots?
21/02/17 0:00
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