La Conselleria d’Afers Socials pagará doscientos euros al mes a los jóvenes que hayan sido tutelados en los centros de menores para que puedan independizarse. Una medida que podría ser admirable si no hiciera aguas por todas partes. Los jóvenes extutelados se enfrentan a las mismas barreras que el resto de la juventud balear: salarios de mierda y precios de lujo. Quizá a los funcionarios de este departamento les parezca deseable que toda una generación se vea obligada a vivir en un piso compartido durante décadas o para siempre. A mí no. Una vez sobrepasada la etapa estudiantil, digamos alrededor de los 23 o 25 años, lo que todo el mundo desea es establecerse. En un piso mejor o peor, en un barrio más o menos céntrico, pero de forma individual, a tu gusto, con tus propias normas y responsabilidades. Eso es hacerse adulto, ¿verdad? Un derecho que les estamos negando para mantener intacta la codicia de los propietarios de pisos en alquiler.
El rayo verde
Salir al mundo
21/01/24 4:00
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