Existen soluciones más sencillas para calentarse durante un camping. | Freepik

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Acampar en climas fríos puede ser un desafío, pero con las técnicas y el equipo adecuados, es posible disfrutar de noches cálidas sin recurrir a estufas o hogueras. La clave radica en una preparación meticulosa y en la elección correcta del equipo.

Seleccionar una tienda de campaña adecuada es fundamental. Las tiendas de cuatro estaciones están diseñadas para soportar condiciones climáticas adversas, ofreciendo estructuras reforzadas y tejidos más gruesos que proporcionan mejor aislamiento térmico. Es esencial verificar especificaciones como la resistencia al agua y la ventilación para evitar la condensación interna.

El saco de dormir es otro componente crucial. Es importante elegir uno cuya temperatura de confort se adapte a las condiciones esperadas. La norma EN 13537 proporciona una guía sobre las temperaturas de confort y límite, ayudando a seleccionar el saco adecuado para cada situación.

El aislamiento del suelo no debe subestimarse. Las esterillas con un alto valor R (indicador de resistencia térmica) ofrecen una barrera efectiva contra el frío del suelo. Combinar una esterilla de espuma con una hinchable puede mejorar el aislamiento y la comodidad durante el sueño.

Antes de dormir, una técnica efectiva es llenar una botella resistente con agua caliente y colocarla dentro del saco de dormir. Esto proporciona una fuente de calor adicional que ayuda a mantener una temperatura confortable durante la noche.

La alimentación también juega un papel importante en la regulación de la temperatura corporal. Consumir alimentos ricos en calorías antes de acostarse proporciona energía que el cuerpo utiliza para generar calor durante el sueño.

Es vital asegurarse de no dormir con ropa húmeda o sudada, ya que la humedad enfría el cuerpo rápidamente. Utilizar el sistema de capas permite ajustar la vestimenta según las necesidades térmicas, manteniendo la piel seca y caliente.

Realizar una actividad física ligera antes de acostarse puede aumentar la temperatura corporal, facilitando la entrada en calor al saco de dormir. Sin embargo, es importante no sudar en exceso para evitar la humedad en la ropa. En situaciones extremas, rellenar los espacios vacíos del saco de dormir con ropa o material aislante puede reducir el volumen de aire que el cuerpo necesita calentar, mejorando la retención de calor.