«Un cerebro en calma no solo rinde mejor, sino que toma mejores decisiones, recupera más rápido y crea con mayor claridad», afirma Brou, quien trabaja habitualmente con emprendedores y atletas de alto rendimiento. Su metodología cuestiona la creencia tradicional de que producir más exige sacrificio y tensión constante, planteando en cambio que la serenidad puede ser el factor determinante en nuestro rendimiento profesional.
Según explica la experta, aunque actualmente se premia ir siempre a más, nuestro afán de logro mal gestionado puede terminar disminuyendo la productividad, ya que con el tiempo nos conduce a experimentar estrés crónico, burnout y ansiedad. Frente a este panorama, Brou propone técnicas científicamente validadas que nos ayudan a superar estos obstáculos, subrayando que los líderes que aplican la inteligencia emocional «ya no compiten por hacer más cosas, sino por pensar con más claridad».
Uno de los principales problemas identificados por Brou es la sobreexposición a estímulos constantes. «Vivimos rodeados de inputs: notificaciones, reuniones, urgencias, exigencias externas. Pero el verdadero desgaste no viene de lo que haces, sino del ruido que cargas mientras lo haces», explica la psicóloga.
Un factor especialmente relevante es nuestra búsqueda constante de dopamina, un neurotransmisor que nos induce a la hiperestimulación. Según Brou, reduciendo nuestra exposición a los factores liberadores de dopamina a los que estamos habitualmente expuestos, podemos acercarnos al estado de calma necesario para una productividad óptima.
Este planteamiento está respaldado por investigaciones científicas. Un estudio del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) reveló que los cambios constantes de foco pueden reducir el rendimiento hasta en un 40%. «No es que no estés trabajando: es que estás trabajando fragmentado. Ser productivo no es hacer más. Es proteger lo que importa», subraya Brou.
El sistema nervioso como clave del rendimiento
Según la experta, el verdadero problema no reside en nuestra agenda, sino en nuestro sistema nervioso. Cuando este permanece activado de forma crónica, el cuerpo entra en modo de amenaza, lo que dificulta el pensamiento claro, la creatividad y el liderazgo efectivo. «Un líder verdaderamente productivo no es el que más horas trabaja. Es el que mejor regula su energía, su foco y su estado interno», afirma Brou. Para abordar esta cuestión, su enfoque con clientes de alto rendimiento integra herramientas de psicología aplicada, neurociencia y biohacking neurofeedback, con el objetivo no de añadir más tareas, sino de eliminar interferencias.
La psicóloga sostiene que «tu poder está en el silencio entre tareas» y define la ultraproductividad no como una técnica, sino como una forma de estar, «un tipo de presencia que reduce la fricción interna y recupera la potencia de lo esencial». En sus palabras: «No necesitas hacer más. Necesitas pensar con más espacio».
Técnicas e intervenciones para alcanzar la calma productiva
En sus programas de psicología, Brou entrena el concepto de calma activa como una habilidad ejecutiva, buscando que la mente trabaje a favor de la persona, no en su contra. Para ello, utiliza diversas intervenciones:
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Neurorespiración estratégica (3 min): Se trata de una respiración guiada para activar el sistema parasimpático, reducir el cortisol y recuperar el enfoque antes de tomar decisiones importantes.
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Ayuno dopamínico controlado: Consiste en establecer períodos sin estímulos digitales, comida rápida o inputs artificiales, con el objetivo de reiniciar el sistema de recompensa cerebral y volver a disfrutar del trabajo profundo.
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HRV & EEG en tiempo real: Mediante la medición neurofisiológica del estado interno se puede intervenir con precisión, determinando cuándo la persona está preparada para liderar y cuándo necesita descansar.
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Técnicas de reencuadre emocional: Aplicación de psicoterapia avanzada para eliminar creencias automáticas generadoras de ruido mental, como el perfeccionismo, la hipervigilancia o el autosabotaje silencioso.
Según Brou, los líderes que marcarán la diferencia en el futuro no serán aquellos que dominen más herramientas, sino quienes sepan crear espacios mentales donde la claridad y la estrategia puedan desarrollarse. «Tu verdadero rendimiento no se mide en tareas tachadas, sino en la calidad de tus decisiones, la estabilidad de tu foco y la energía que logras conservar después de actuar», sostiene.
La experta concluye que el éxito sostenido requiere una nueva forma de estar, caracterizada por «menos reacción, más presencia; menos acumulación, más intención; menos hacer por inercia, más pensar con dirección».
¿Cómo aplicar estos principios en el día a día laboral?
Para quienes deseen incorporar los principios de la ultraproductividad serena a su rutina laboral, Brou recomienda comenzar con pequeñas prácticas diarias. Establecer momentos de desconexión digital, practicar técnicas de respiración consciente entre tareas importantes o implementar breves pausas para recalibrar el sistema nervioso son algunos puntos de partida accesibles.
Lo fundamental, según la experta, es comprender que la productividad no es una carrera de resistencia, sino un ejercicio de equilibrio. Al priorizar la calidad de nuestro estado interno, mejoramos naturalmente la calidad de nuestro rendimiento externo, creando así un círculo virtuoso que beneficia tanto nuestra eficacia profesional como nuestro bienestar personal.
2 comentarios
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por ello la hosteleria va como va
¿Por que este curso no va dirigido a políticos y funcionarios?