En el espectro de cambios que enfrentan las mujeres en la menopausia, el ejercicio se erige como una herramienta vital. No solo para mitigar algunos de los efectos más duros, sino para reconfigurar nuestro bienestar general. Marimer Pérez, reconocida ginecóloga en España que cuenta con un importante seguimiento en redes, aporta sus conocimientos en el ámbito de la salud femenina, subrayando la importancia de incorporar ejercicios de fuerza a nuestras rutinas cotidianas, especialmente durante la menopausia.
En su análisis, la doctora Pérez explica que la incorporación de este tipo de actividad no debe esperar a la menopausia. Las mujeres en sus 30, 40 y más años deben priorizar la salud muscular como una inversión a largo plazo. «El ejercicio de fuerza,» insiste, «es fundamental no solo a nivel físico sino también psicológico», recalca en su cuenta de Instagram, que sigue más de 557 mil personas. Pero, ¿por qué es tan crucial este tipo de entrenamiento? La respuesta reside en los múltiples beneficios que ofrece.
Beneficios fisicos y psicologicos
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Protección Ósea: El fortalecimiento muscular es esencial para proteger nuestros huesos, ayudando a prevenir la temida osteoporosis, una condición común en la menopausia debido a la disminución de estrógenos.
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Mantenimiento Muscular: Combate la pérdida de masa muscular, un problema prevalente con el envejecimiento.
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Mejora Metabólica: Entrenar los músculos afecta positivamente nuestra resistencia a la insulina, ya que los músculos funcionan como órganos endocrinos que regulan el metabolismo.
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Reforzamiento Anímico: No solo ayuda físicamente, sino que mejora nuestro estado de ánimo y calidad del sueño.
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Funcionalidad Diaria: Nos dota de vitalidad y funcionalidad en el día a día, aspectos esenciales cuando abordamos la menopausia.
El llamado de Marimer Pérez no se centra en el sacrificio de horas interminables en el gimnasio. «Con solo 20 minutos bien dirigidos al día,» sugiere, «podemos obtener todos estos beneficios». Esto ofrece un respiro para muchas que no pueden dedicar largas horas al ejercicio. La doctora apunta a que entender los cambios hormonales puede ser una barrera, ya que los niveles de serotonina y dopamina, influenciados por los estrógenos, son más bajos. Este conocimiento es crucial para salir del «círculo vicioso» inactivo.
La difusión de la importancia del ejercicio de fuerza no solo beneficia a quienes ya experimentan la menopausia ya que sus beneficios se extienden a otras áreas del bienestar. Por lo tanto, comenzar a los 30 o 40 años es una recomendación de oro. En contextos más amplios, el ejercicio es un pilar de la salud pública en España, donde la promoción de un estilo de vida activo mejora la calidad de vida a través del control de enfermedades metabólicas y la salud mental.
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