En los supermercados de España, los consumidores se encuentran con una amplia variedad de helados, especialmente aquellos dirigidos al público infantil. Pero, ¿alguna vez te has preguntado qué hay detrás de estos refrescantes y dulces productos? Expertos han analizado más de 50 helados infantiles de las principales marcas para desvelar su composición y valor nutricional. La legislación española establece once categorías diferentes de helados, principalmente basadas en su composición. Las más comunes son:
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Helados de crema: Su ingrediente principal es la crema de leche, con un mínimo de 8% de grasa láctea y 2,5% de proteínas lácteas.
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Helados de leche: Pueden ser de leche entera (mínimo 2,5% de grasa) o desnatada (máximo 0,3% de grasa).
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Helados: Contienen al menos un 5% de grasa, con proteínas de origen lácteo.
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Helados de agua: Los clásicos polos, con hasta un 88% de agua en su composición.
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Sorbetes: Helados de agua con un mínimo de 15% de frutas y un máximo de 80% de agua.
Sorprendentemente, la mitad de un helado es aire, mientras que el resto se compone de agua, azúcares, grasas y proteínas en proporciones variables. El aire le da esponjosidad y ligereza, mientras que el agua forma los cristales de hielo. Los azúcares aportan dulzor y evitan la formación de grandes cristales de hielo. Las grasas, principalmente lácteas y de coco, determinan la calidad y textura del helado. Y las proteínas, entre un 3% y 5%, ayudan a estabilizar la estructura del producto.
Valor nutricional y calorías de los helados
Aunque muchos piensan que los helados son una bomba calórica, su valor energético varía según el tipo. De los 50 helados infantiles analizados por la OCU en España:
- Los menos calóricos son los polos y sorbetes, con una media de 100 kcal por cada 100 g.
- Los helados de leche aportan una media de 210 kcal por cada 100 g.
- Los que llevan galleta o barquillo alcanzan una media de 303 kcal por cada 100 g.
Es importante tener en cuenta el tamaño de la porción, ya que los helados infantiles suelen ser más pequeños que los de adultos.
Consejos para disfrutar de los helados de forma saludable
Para conservar correctamente los helados desde la tienda hasta casa, es recomendable dejarlos para el final de la compra y, si se va a tardar en llegar, meterlos en una bolsa isotérmica. Una vez en casa, deben guardarse rápidamente en el congelador a una temperatura inferior a -18 ºC.
Hacer helado casero es una excelente opción para controlar los ingredientes y adaptarlos a necesidades específicas, como intolerancias o alergias. Solo se necesita una heladera o una batidora potente, junto con una receta base que incluya leche, azúcar, yemas de huevo y el sabor deseado. En cuanto a los helados para niños pequeños, es importante evitar aquellos con porciones pequeñas que puedan provocar atragantamiento. Algunos fabricantes incluyen advertencias al respecto en el etiquetado.
Cambios en la regulación de colorantes en los helados
Recientemente, la Unión Europea ha modificado la normativa sobre el uso del colorante annato o E-160b en los alimentos, separándolo en dos sustancias distintas: bixina de bija [E 160b (i)] y norbixina de bija [E 160b (ii)], con diferentes condiciones de uso autorizadas. Desde julio de 2020, los fabricantes no pueden utilizar el E-160b en sus productos, aunque se permite la comercialización de aquellos elaborados antes de esa fecha hasta agotar existencias. Algunos helados populares en España, como los Drácula de Frigo, el Mikolápiz y el Pirulo Happy de Nestlé, han adaptado su composición, sustituyendo el E-160b por otros colorantes permitidos.
Resumen y conclusiones
Los helados son un producto muy apreciado por los consumidores españoles, especialmente por los más pequeños. Sin embargo, es importante conocer su composición y valor nutricional para disfrutarlos de manera saludable. Los expertos han analizado más de 50 helados infantiles de las principales marcas en España, revelando las diferencias entre las distintas categorías y tipos de helados en cuanto a ingredientes y calorías.
Además, ofrecen consejos prácticos para conservar adecuadamente los helados, elaborarlos en casa de forma saludable y evitar riesgos para los niños pequeños. También se han destacado los recientes cambios en la regulación europea sobre el uso de ciertos colorantes en estos productos. En definitiva, los helados pueden formar parte de una dieta equilibrada siempre que se consuman con moderación y se elijan las opciones más adecuadas según las necesidades y preferencias individuales.
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