Cabe destacar que los agentes tienen la potestad para multar directamente al pasajero que cometa la infracción, sin que el conductor tenga que asumir ninguna responsabilidad por dicha falta. Este recordatorio surge tras detectarse un preocupante incremento en el número de infracciones cometidas por los ocupantes de vehículos, lo que ha llevado a intensificar los controles en carreteras y vías urbanas. Las estadísticas oficiales de la DGT revelan un dato alarmante: más del 20% de los fallecidos en accidentes de tráfico durante 2023 no llevaban puesto el cinturón de seguridad en el momento del siniestro.
Entre las conductas sancionables se incluyen sacar extremidades por la ventanilla, con multas que pueden alcanzar los 100 euros, y realizar acciones que distraigan al conductor, como gritar o manipular elementos del vehículo, que pueden acarrear sanciones de hasta 500 euros. Sin embargo, una de las infracciones más graves es arrojar objetos por la ventanilla, cuyas multas oscilan entre los 200 y los 3.800 euros, dependiendo de la gravedad y las consecuencias del acto.
El caso específico de arrojar colillas merece una mención aparte. Esta acción no solo constituye una infracción de tráfico, sino que también supone un grave riesgo medioambiental, especialmente en épocas de alto riesgo de incendios. Por ello, la multa asciende a 500 euros y, si el infractor es el conductor, conlleva además la pérdida de puntos del carné de conducir.
Las distracciones al conductor provocadas por los pasajeros también están en el punto de mira de las autoridades. Gritar, hacer movimientos bruscos o manipular elementos del vehículo que puedan interferir en la conducción son comportamientos que pueden acarrear multas de hasta 500 euros. La seguridad al volante requiere concentración total, y cualquier distracción aumenta significativamente el riesgo de accidente.
La Guardia Civil ha intensificado los controles para detectar este tipo de comportamientos, utilizando tanto patrullas convencionales como helicópteros equipados con cámaras de alta resolución capaces de captar estas infracciones incluso a distancia. El objetivo no es recaudatorio, sino preventivo: evitar conductas que pueden derivar en graves accidentes o incendios forestales.
Dudas frecuentes
Un aspecto importante que conviene recordar es que, cuando el pasajero que comete la infracción es menor de edad, la responsabilidad económica recae sobre sus padres o tutores legales. Esto no exime al menor de cumplir con las normas de seguridad vial, pero establece claramente quién debe hacerse cargo de las posibles sanciones. Los expertos en seguridad vial insisten en la importancia de educar a los más jóvenes en el respeto a las normas de tráfico, incluso cuando viajan como pasajeros. Inculcar buenos hábitos desde la infancia es fundamental para formar futuros conductores responsables y conscientes de la importancia de la seguridad vial.
En caso de no estar de acuerdo con la sanción impuesta, los pasajeros tienen el mismo derecho que los conductores a presentar alegaciones y recursos. El procedimiento es similar: disponen de un plazo de 20 días naturales desde la notificación para presentar un escrito de alegaciones ante el órgano instructor del procedimiento. Es importante saber que, al igual que ocurre con las multas a conductores, el pago voluntario dentro del plazo establecido supone una reducción del 50% del importe de la sanción. Sin embargo, este pago implica la renuncia a presentar alegaciones y la terminación del procedimiento.
Los expertos recomiendan conservar todas las pruebas que puedan respaldar la versión del pasajero en caso de querer recurrir, así como solicitar la presencia de testigos si es posible. En cualquier caso, es fundamental conocer que las infracciones cometidas como pasajero no afectan al saldo de puntos del carné de conducir, ya que se trata de sanciones exclusivamente económicas.
La normativa de tráfico no solo se centra en regular la conducta de quienes están al volante, sino también la de los ocupantes del vehículo. Esto se debe a que las acciones de los pasajeros pueden influir directamente en la seguridad de la circulación, ya sea distrayendo al conductor, incrementando el riesgo en caso de accidente o generando situaciones de peligro para otros usuarios de la vía. La Ley de Tráfico y el Reglamento General de Circulación establecen claramente que todos los ocupantes del vehículo deben cumplir con determinadas normas de seguridad, independientemente de si conducen o no. Esta regulación responde a un enfoque integral de la seguridad vial, que considera que todos los usuarios de las vías tienen su parte de responsabilidad en la prevención de accidentes.
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