El médico Manuel Viso revela la mejor forma de cocinar las patatas: «Controlarás mejor tu apetito»

Transformación del almidón: la clave para una mejor nutrición

El proceso de enfriamiento de las patatas cocidas durante 24 horas conduce a un incremento significativo en su contenido de almidón resistente. Este tipo de almidón imita las características de la fibra, pasando por el intestino delgado sin ser digerido. La presencia de este almidón tiene múltiples beneficios:

1. Salud intestinal mejorada: Sirve como alimento para las bacterias buenas en el intestino, fomentando un ecosistema microbiológico saludable.

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2. Regulación del azúcar en sangre: Al no digerirse rápidamente, el impacto glicémico es reducido, contribuyendo a la estabilidad de los niveles de glucosa y previniendo picos de azúcar.

3. Control del apetito: Contribuye a una mayor sensación de saciedad, lo que puede ayudar a gestionar el hambre y reducir el consumo calórico global.

Reducción del índice glucémico

Las patatas enfriadas presentan un índice glucémico más bajo en comparación con las recién cocidas. Esto significa que la absorción de los carbohidratos se realiza de manera más lenta y se considera especialmente beneficioso para personas con necesidades dietéticas específicas, como los diabéticos.

La capacidad del almidón resistente de actuar como prebiótico fomenta el crecimiento de bacterias intestinales saludables, favoreciendo una digestión más eficiente. Esto ayuda a prevenir problemas digestivos comunes como la hinchazón y el malestar abdominal.

El fenómeno del enfriamiento no es exclusivo de las patatas. Otros alimentos ricos en almidón, como el arroz y la pasta, también pueden experimentar un incremento en el contenido de almidón resistente con un procedimiento similar, ofreciendo beneficios digestivos y metabólicos comparables.