Un momento del escrutinio en un colegio electoral de Maó | Javier Coll

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El gran damnnificado por el aumento de la abstención ha sido, en primer lugar, Ciudadanos. De los 6.716 electores menos que se acercaron a las urnas respecto al 28 de abril, buena parte de ellos fueron los desencantados con el partido de Rivera, los mismos que en abril habían propiciado el espectacular tirón de esta opción. Ha perdido el 55 por ciento de los votos.

Ese motivo no basta, sin embargo, para explicar la sangría que ha sufrido en Menorca, en línea con el derrumbe en el ámbito nacional. En Ciutadella en concreto, en el que había sido su principal feudo hasta hace dos días, ha perdido prácticamente dos de cada tres votos obtenidos en abril.

Es probable que parte de ellos hayan migrado al PP, que ha mejorado su resultado en más de 700 sufragios, o a Vox, que también ha mejorado sus números en 300 papeletas en ese municipio. Pero en Maó no le han ido mejor las cosas, la evolución a la baja ha sido exactamente igual.

En todo caso, ese movimiento de voto no ha salido del bloque de la derecha, ya que todo el bloque de izquierda ha perdido fuerza respecto a la convocatoria de abril, por lo que el resto solo tiene cobijo en la abstención.

Retroceso

Las opciones de izquierda son las otras grandes perjudicadas por la abstención, un 10 por ciento más que la del 28A. Todas se dejan sufragios en un volumen considerable.

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El PSOE encabeza esa lista, el 19 por ciento de los que le dieron la confianza en abril le han dejado abandonado en esta ocasión. La fuga hacia otras opciones es poco probable, puesto que el resto de candidaturas progresistas también presenta un marcado retroceso en sus resultados.

La fuerza de Unidas Podemos, que ha mostrado músculo competitivo en todas las elecciones generales en la Isla, también se ha visto debilitada. Este proceso tiene una clara explicación en la aparición de Más País, su competidor hermano habría captado 910 de los 965 que ha perdido el partido de Iglesias.

La aparición del partido de Errejón ha ampliado la oferta de la izquierda, aunque no ha bastado para animar al electorado a salir de casa. En conjunto las candidaturas progresistas (PSOE, Unidas Podemos y Més Esquerra) se han dejado 4.303 votos respecto a las elecciones de abril. Por su parte, los tres partidos de la derecha suman unidos una pérdida bastante inferior, 3.484.

Ha sido precisamente la candidatura auspiciada por Més per Menorca la que ha salido peor parada del proceso. Comparados los resultados del domingo con los del 28 de abril se observa una fuga del 32,2 por ciento de los votos de entonces.

Al contrario que Unidas Podemos, acostumbra a mostrar un perfil poco competitivo en la disputa de los escaños de las Cortes, aunque este resultado es francamente malo. También su candidato al Senado se deja 1.300 votos, una cifra inusualmente elevada para una opción que se caracteriza por el voto fiel. La abstención habría engullido esta vez un mejor resultado.

El voto útil, un recurso siempre a mano para explicar los resultados y constrastar con la elevada abstención, encuentra poco recorrido. Es difícil hallar cuando todas las opciones de la izquierda han mostrado la misma tendeja.