Los ciudadanos están convocados en las urnas este domingo para elegir a sus representantes en el Congreso y el Senado. | Enric Fontcuberta - Los catalane

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España se está preparando para una de sus elecciones generales más disputadas en décadas, con un resultado difícil de predecir y al menos cinco partidos de todo el espectro político con posibilidades de entrar en el Gobierno.

La votación del domingo puede traer varias situaciones inéditas: el primer Gobierno de coalición desde el regreso de España a la democracia a fines de la década de los 70, los primeros diputados de ultraderecha desde 1982 y la primera campaña desde la crisis financiera que no ha estado centrada en la economía.

Se prevé que hayan unas prolongadas negociaciones para formar un Gobierno de coalición tras la votación, lo que contribuiría a aumentar la incertidumbre política que afecta actualmente a Europa.

La campaña termina a la medianoche del viernes y los colegios electorales cerrarán a las 20:00 horas del domingo. El escrutinio debería estar prácticamente terminado en torno a la medianoche.

¿Quién ganará las elecciones?

Ningún partido obtendrá escaños suficientes para formar un Gobierno en solitario, y las encuestas de opinión -la última de ellas publicada este lunes antes de dos debates televisados entre los líderes de cuatro de los cinco principales partidos- apuntan a un Congreso profundamente fragmentado.

Los socialistas están a la cabeza en los sondeos y podrían tener algo menos del 30 % de los votos, según una encuesta realizada por el diario El País. Eso situaría a Pedro Sánchez como el candidato con más posibilidades de liderar un Gobierno de coalición, pero ante la necesidad de aliarse con uno o más socios, no hay garantía de que tenga éxito.

También son posibles otros escenarios, entre ellos una coalición de derechas o unos nuevos comicios, y pueden pasar meses antes de que se invista a un nuevo presidente de Gobierno. Cabe precisar que el margen de error de las encuestas deja muchos posibles escenarios abiertos.

¿A qué se debe la complejidad del panorama político?

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Las últimas encuestas sitúan la proporción de votantes indecisos en cuatro de cada 10.
A las encuestadoras tampoco les ha resultado fácil predecir hasta dónde llegará el auge del partido de extrema derecha Vox, aunque todas coinciden en que será el primer grupo de dicha ideología en entrar en el Congreso en casi cuatro décadas.

El impacto de los debates electorales del lunes y martes, de los cuales Vox fue excluido por razones legales, es otro misterio. Muchos analistas políticos dicen que el candidato que mejor lo hizo fue Pablo Iglesias, candidato de Unidas Podemos, que había perdido mucho terreno en las encuestas.

Los 350 diputados en la Cámara baja de España son elegidos en 52 circunscripciones electorales de tamaño variable. A medida que ha aumentado el número de contendientes, se ha hecho más difícil pronosticar a los ganadores, especialmente en las pequeñas áreas rurales.

Es poco probable que los acuerdos de Gobierno se cierren rápido, ya que pueden impactar en los resultados de las elecciones municipales y regionales que se celebran el 26 de mayo.

Además, la mayoría de los partidos están atravesando grandes cambios internos o tienen nuevos líderes, lo que significa que podría haber muchos cambios en términos de estrategia y alianzas.

Los españoles también elegirán 208 representantes para el Senado, que tiene un perfil político bajo y ha estado bajo control del Partido Popular desde el año 2011.

¿Quién será el presidente del Gobierno?

Según el escenario más optimista para los socialistas, Sánchez podría permanecer como presidente del Gobierno con un solo aliado, Podemos. Pero las encuestas de opinión muestran que lo más probable es que los socialistas y Podemos necesiten el respaldo de partidos nacionalistas más pequeños, posiblemente de Cataluña, una combinación que ya permitió a Sánchez acceder a la Presidencia en junio.

Según las últimas encuestas, los tres partidos de derechas juntos (PP, Ciudadanos y Vox) no tendrían una mayoría parlamentaria. Pero también aquí hay margen de error.

Sin embargo, un resultado parece seguro: la confirmación del fin del sistema bipartidista que dominó la política del país desde el regreso de España a la democracia y comenzó a desmoronarse en 2015.