La policía al inicio del acto conmemorativo | SEDAT SUNA

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La policía turca cargó hoy con gases lacrimógenos y golpes de porra contra una muchedumbre que afluía a la plaza de Ankara donde este sábado se produjo el doble atentado suicida, para honrar a los 95 muertos y dejar flores.

Las fuerzas de seguridad turcas erigieron barricadas en todas las calles que llevan a la explanada donde se produjo el atentado más mortífero en la historia de Turquía, informan emisoras locales.

Los agentes no permitieron el paso a las delegaciones de varios partidos políticos y organizaciones cívicas que este domingo pretendían celebrar un acto conmemorativo en el lugar.

Según un comunicado del partido de la izquierda pro-kurda HDP, cuarto en el Parlamento, la carga policial causó algunos heridos en la delegación política, en la que se encontraban también altos cargos del socialdemócrata CHP, el mayor de la oposición.

Tras unas negociaciones con otros miembros de la delegación, la policía finalmente abrió las barricadas y permitió el paso para colocar las flores.

Aunque el Gobierno ha condenado el atentado, la masacre ha reavivado las tensiones entre grandes sectores de la izquierda y el partido islamista AKP, en el poder desde 2002, a tres semanas de las elecciones generales anticipadas.

La declaración de tres días de luto dedicados a «todas las víctimas del terrorismo», entre ellos los soldados y policías muertos en ataques de la guerrilla kurda, ha contribuido a la sensación de que, incluso en los momentos de dolor nacional, el Gobierno busca los votos nacionalistas, mirando a las elecciones del 1 de noviembre próximo.

«Aquellos que hicieron esto con la mentalidad de que 'el Estado es nuestro' van a pagar por ello. No queremos actos de venganza. El primer paso será el 1 de noviembre», dijo el copresidente del HDP, Selahattin Demirtas, durante la ceremonia en la plaza, en referencia a la fecha de los comicios.

Nadie se ha atribuido aún la autoría del atentado pero, según el diario «Hürriyet», la policía ya ha identificado los restos de dos atacantes suicidas y ha establecido que sus bombas se fabricaron con TNT y que contenían bolitas de metal para lograr un efecto más mortífero.

Este detalle coincide con el atentado suicida que dejó 34 muertos en una asamblea de activistas prokurdos en julio pasado en Suruç, que según las investigaciones fue perpetrado por un joven turco islamista entrenado por el Estado Islámico (EI)

Esta madrugada, la policía turca ha detenido en Konya, en Anatolia central, a 14 personas sospechosas de pertenecer a las redes del EI en Turquía, informa «Hürriyet», pero aún no consta si esta redada tiene relación con el atentado de ayer.