Fotografía de archivo fechada el 21 de abril de 2012 que muestra al Airbus A320 de la compañía Egyptair registrado con la matrícula SU-GCC en el aeropuerto de Estambul en Turquía. | KIVANC UCAN

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Los equipos de búsqueda del avión de Egyptair siniestrado el pasado 19 de mayo hallaron este jueves la caja negra de la cabina, lo que ayudará a esclarecer las causas de la caída de la aeronave al Mediterráneo con 66 personas a bordo.

Un comunicado del Ministerio egipcio de Aviación Civil informó hoy del hallazgo, que, en principio, permitirá escuchar las conversaciones mantenidas en la cabina del aparato.

La Fiscalía General ordenó el inmediato traslado del artefacto a la ciudad costera de Alejandría, añadió la fuente.

La caja negra fue recuperada en varias etapas, ya que quedó dañada, aunque el equipamiento del barco permitió extraer la unidad de memoria, que es considerada como la parte más importante del aparato.

El hallazgo fue realizado por el navío «John Lethbridge», de la empresa francesa Deep Ocean Search, después de haber localizado ayer varios emplazamientos clave donde había restos del avión siniestrado, según anunció el Ministerio en otro comunicado difundido en las últimas horas.

El pasado 1 de junio, el departamento del Gobierno egipcio y el organismo francés de Investigación de Accidentes Aéreos (BEA) informaron de que los equipos que trabajan en el Mediterráneo habían recibido señales que podrían conducir al hallazgo de uno de esos artefactos.

El barco continuará con las labores de búsqueda de la segunda caja negra, que continúa desaparecida.

Esos trabajos se están realizando a contrarreloj ya que, según comunicaron los expertos esta semana, las cajas negras dejan de emitir señales tras cinco semanas, lo que dificultaría de manera importante las labores de búsqueda.

Recientemente, en esas tareas participaba también la Marina francesa con su buque «Laplace», hasta que, este miércoles, esa división del Ejército galo anunció que su barco había abandonado la zona.

El buque «Laplace» dio así por concluida su misión después de que el navío «John Lethbridge» reforzara el dispositivo.

A bordo del buque de la Marina viajaban expertos del BEA y un equipo de ALSEAMAR, empresa francesa especializada en acústica submarina.

Este jueves, el BEA declinó comentar el hallazgo de las cajas negras y se limitó a decir que, al menos por ahora, lo único que harían sería publicar el comunicado del ministerio egipcio en su página web.

En su sitio electrónico, el organismo anunció que un investigador suyo viajará a El Cairo este viernes con el objetivo de aportar su «experiencia técnica en la lectura del registrador».

La información en el interior de la caja negra hallada hoy ayudará a esclarecer las causas de la tragedia, que acabó con la vida de los 66 ocupantes de la aeronave que cubría la ruta París-El Cairo.

Por el momento, y pese a que el mismo día del siniestro el ministro egipcio de Aviación Civil, Sharif Fathi, apuntó que era más probable que la caída se hubiera debido a un atentado que a un problema técnico, ninguna información en la investigación aclara si la hipótesis principal es un accidente o un atentado terrorista.

Asimismo, hasta ahora, ningún grupo ha reclamado la autoría del siniestro.

El BEA, asociado a las pesquisas porque el avión se ensambló en Francia y partió del aeropuerto parisino de Roissy-Charles de Gaulle, confirmó el pasado 21 de mayo que «los sensores del aparato emitieron mensajes que indicaban que había humo en la cabina poco antes de que se interrumpieran las comunicaciones».

Los equipos de rescate localizaron los primeros fragmentos del aparato en el mar Mediterráneo, a unas 200 millas al sureste de la isla griega de Creta, pero todavía no se ha podido determinar si se produjo una explosión a bordo.

El avión desapareció del radar a las 02.45 hora local (00.45 GMT) del 19 de mayo, tras penetrar en el espacio aéreo egipcio poco más de un kilómetro.