Raúl Castro, durante su parlamento. | CARLOS GARCIA RAWLINS

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El presidente de Cuba, Raúl Castro, rindió tributo este martes a su hermano Fidel con un discurso en el que realizó un repaso histórico de los hitos vividos juntos en la Plaza de la Revolución de La Habana, desde la reforma agraria a la muerte de Ernesto «Che» Guevara o el dramático «periodo especial».

«Precisamente aquí donde conmemoramos nuestras victorias, te decimos junto a nuestro abnegado, combativo y heroico pueblo: ¡Hasta la victoria siempre!» proclamó Castro, el último en intervenir en el acto de tributo multitudinario que se celebró para despedir al comandante de la Revolución cubana, fallecido el pasado viernes a los 90 años.

Esta es la primera intervención pública del mandatario desde que el 25 de noviembre anunció demudado a través de la televisión estatal la muerte de su hermano Fidel, quien hace diez años delegó en él el poder a causa de una enfermedad.

Raúl Castro inició su discurso con un mensaje de «sincera gratitud» en nombre del pueblo cubano, del Partido Comunista y de la familia Castro por las «emocionantes palabras» pronunciadas en el acto de esta tarde, y las «extraordinarias e innumerables muestras de solidaridad, afecto y respeto recibidas de todo el planeta en esta hora de dolor y de compromiso».

Fidel «consagró toda su vida a la solidaridad, encabezó una revolución socialista de los humildes, por los humildes y para los humildes que se convirtió en un símbolo de la lucha anticolonialista, antiapartheid y antiimperialista, por la emancipación y la dignidad de los pueblos», señaló.

«Sus vibrantes palabras resuenan hoy en esta plaza», prosiguió antes de evocar algunos de los principales acontecimientos ocurridos en ese emblemático escenario de La Habana, momentos clave de la Revolución cubana en los que ese mismo lugar se llenó tanto de gente para escuchar a Castro como este martes lo estaba para despedirlo.

En este espacio el líder cubano ratificó la Ley de la Reforma Agraria, una de las primeras medidas económicas más importantes tras el triunfo de la Revolución.

«Aquí Fidel ratificó que la reforma agraria 'va', y la hicimos. Hoy, 57 años después, estamos honrando a quien la concibió y encabezó», relató el presidente de Cuba.

También ahí se votaron la primera y segunda declaraciones de La Habana de 1960 y 1962, que reafirmaron la soberanía de la isla y su relación con las comunistas Unión Soviética y China.

«Frente a las agresiones apoyadas por la Organización de Estados Americanos, Fidel proclamó que detrás de la patria, detrás de la bandera libre, detrás de la revolución redentora, hay un pueblo digno dispuesto a defender su independencia y el común destino de América Latina liberada», prosiguió.

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Rememoró cómo estaba junto a su hermano en uno de los edificios que flanquean la Plaza de la Revolución cuando en 1960 el sabotaje del barco francés «La Couvre» que llevaba un cargamento de armas, dejó 101 muertos en la bahía de La Habana.

«Y aquí con él se hizo la declaración de Cuba como territorio libre de analfabetismo en diciembre de 1961», relató Raúl Castro en referencia a la Campaña de Alfabetización iniciada ese año con la que aprendieron a leer y escribir 707.000 cubanos y que convirtió la educación gratis para todos en baluarte de la revolución socialista.

De ahí a 1967, cuando la Plaza acogió una velada solemne de tributo al Che tras su asesinato en Bolivia.

«Con profunda emoción aquí mismo escuchamos al comandante en jefe en esta plaza», refirió el mandatario.

Crisis

Aludió también a otro multitudinario acto durante la etapa más dura del «periodo especial», la profunda crisis económica en la que Cuba quedó sumida tras la caída de la Unión Soviética, y al duelo por el atentado contra un avión de Cubana de Aviación en Barbados en el que murieron 73 personas.

«Allí escuchamos de él que cuando un pueblo llora, la injusticia tiembla», espetó el gobernante, coreado por centenares de miles de cubanos presentes esta noche.

Fue también la Plaza de la Revolución testigo, en el 2000, del momento en que Fidel expuso su «concepto de Revolución», y del respaldo a los acuerdos de los congresos del Partido Comunista.

«En ese mismo espíritu ha venido en estos días el pueblo con una gran participación de los jóvenes a rendir emocionados tributo y a jurar lealtad a las ideas y a la obra del comandante en jefe de la revolución cubana», aseveró Raúl Castro.

Ha sido esa plaza el lugar «donde nos hemos reunido durante más de medio siglo en momentos de extraordinario dolor o por honrar a nuestros mártires, proclamar nuestros ideales, reverenciar nuestros símbolos y consultar al pueblo trascendentales decisiones», dijo.

«Precisamente aquí donde conmemoramos nuestras victorias, te decimos junto a nuestro abnegado, combativo y heroico pueblo: «¡Hasta la victoria siempre!», concluyó el presidente cubano con la voz quebrada, y coreado por gritos de «Yo soy Fidel» y «Raúl, amigo, el pueblo está contigo».