Flores en homenaje a las víctimas del avión estrellado en el mar negro. | MAXIM SHEMETOV

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Los buzos militares rusos hallaron este lunes el fuselaje del Tu-154 que se estrelló este domingo en el mar Negro con 92 personas a bordo minutos después de despegar del aeropuerto de Sochi rumbo a Siria, informaron los servicios de rescate.

«Los buzos hallaron en el mar Negro el fuselaje del avión siniestrado la víspera», señala un comunicado del Ministerio de Situaciones de Emergencias ruso.

El fuselaje, en cuyo interior podrían encontrarse la mayoría de las víctimas mortales del siniestro, fue localizado a 1,7 kilómetros de la costa y a una profundidad de 27 metros.

«En estos momentos se estudian las posibilidades para izarlo a la superficie», explicó a Interfax un integrante del operativo.

La primeros datos indican que «el avión ha sufrido muchos daños», agregó.

Más de 3.500 personas, 45 embarcaciones, 32 aparatos aéreos y siete batiscafos participan en la operación de rescate.

El operativo, que incluye 135 buzos, había recuperado hasta ahora los cuerpos de once personas y cientos de fragmentos del avión accidentado.

El Servicio Federal de Seguridad ruso (FSB, antiguo KGB) ha señalado que no existen pruebas de que el Tu-154 hubiera sufrido un atentado terrorista.

Las principales causas de la tragedia que manejan los investigadores, según una nota del FSB, son las de un posible «impacto de objetos en los motores, combustible de mala calidad que pudiera ocasionar un fallo de los motores, error de pilotaje o un fallo técnico del avión».

Rusia vive este lunes un día de duelo nacional en memoria de las víctimas de la tragedia aérea.

Las principales cadenas de televisión del país han modificado su programación, de la que retiraron programas humorísticos y de diversión.

En la nave siniestrada viajaban militares, nueve periodistas y 64 integrantes del coro y conjunto de danza Alexándrov del Ejército ruso, que iba a animar la celebración de Año Nuevo en la base aérea siria de Jmeimim, donde Rusia tiene desplegada una agrupación de aviones de guerra.

Entre los pasajeros también se encontraba la presidenta de la fundación «Ayuda Justa», la doctora Elizaveta Glinka.

El avión, un trirreactor con capacidad para hasta 180 pasajeros, procedía de Moscú y había hecho escala para repostar combustible en el aeropuerto de Sochi (mar Negro).

Minutos después de despegar rumbo a Siria, el aparato se precipitó al mar sin que sus tripulantes hubiesen dado aviso a la torre control de alguna emergencia o desperfecto a bordo.