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El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, declaró el jueves una epidemia de opiáceos en el país como una emergencia nacional y dijo que su Gobierno está redactando documentos para que el anuncio sea oficial.

«La crisis de opiáceos es una emergencia y estoy diciendo oficialmente que ahora es una emergencia», dijo Trump a la prensa en Nueva Jersey. «Vamos a elaborarlo y vamos a convertirlo en una emergencia nacional. Es un problema serio, como uno que nunca habíamos tenido», agregó.

Trump habló cerca de una semana después de que una comisión de la Casa Blanca sobre la crisis de opiáceos, encabezada por el gobernador de Nueva Jersey, Chris Christie, recomendó al presidente declarar la situación una emergencia nacional.

La declaración podría ayudar a desbloquear más apoyo y recursos para hacer frente a la epidemia de sobredosis de drogas, tales como financiación adicional y mayor acceso a diversas formas de tratamiento, y podría dar al gobierno más flexibilidad para acelerar una acción.

Las emergencias nacionales suelen ser declaradas para crisis a corto plazo, como el brote de virus Zika o un desastre natural. No está claro qué significará la declaración de Trump para un problema de salud pública complejo y de larga data.

«Vamos a emplear mucho tiempo, mucho esfuerzo y mucho dinero para enfrentar la crisis de opiáceos», dijo Trump. «Este es un problema mundial, no sólo un problema de Estados Unidos», agregó.

Más de 100 estadounidenses mueren de sobredosis de drogas todos los días, escribió la comisión en un reporte, señalando que «Estados Unidos está sufriendo un número de muertes igual a (los ataques del) 11 de septiembre cada tres semanas».

Los opiáceos jugaron un rol en más de 33.000 muertes en el 2015, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC, por su sigla en inglés).