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Un día después el feroz paso de Mangkhut por Filipinas, las autoridades han confirmado la muerte de al menos 29 personas mientras se busca a decenas de desaparecidos a medida que los equipos de rescate logran acceder a áreas remotas azotadas por el mayor tifón de la temporada.

El asesor presidencial Francis Tolentino, designado por el mandatario Rodrigo Duterte para supervisar la respuesta al desastre en las zonas afectadas, confirmó hoy esas últimas cifras en declaraciones a la prensa en Cagayan, provincia por la que entró el temporal, bautizado Ompong en Filipinas.

La mayoría de estas muertes se produjeron a causa de deslizamientos de tierra en las zonas montañosas que recibieron las lluvias torrenciales y fuertes vientos que arrastró Mangkhut a su paso ayer por el norte de la isla de Luzón, en el extremo septentrional del país.

El presidente Rodrigo Duterte visitó la provincia de Cagayan, donde realizó una «inspección aérea» para evaluar los daños, y se reunió en su capital, Tuguegarao, con su gabinete para discutir las labores de respuesta inmediata y de rehabilitación.

«Comparto mis condolencias con quienes han perdido a sus seres queridos», señaló el mandatario en una comparecencia televisada en directo en la que aseguró que el Gobierno está haciendo todo lo que tiene el sus manos para «volver a la normalidad lo antes posible».

Está previsto que Duterte visite mañana la región de Cordillera, donde por el momento se han producido más víctimas, 24 fallecidos y 13 desaparecidos; mientras que en la provincia de Nueva Ecija se han confirmado cuatro fallecidos y uno en Ilocos.

En Cordillera una familia de seis miembros murió cuando su casa en la ciudad de Baguio quedó enterrada por un desprendimiento de tierra; y en Nueva Vizcaya un hombre de 36 años y tres de sus hijos -uno de dos años y otro de ocho meses- fallecieron en las mismas circunstancias mientras el resto de su familia estaba en un centro de evacuación.