El presidente iraní Hassan Rouhani y el jefe de la tecnología nuclear de Irán, Ali Akbar Salehi.

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Irán ha comenzado a enriquecer uranio a una pureza superior al 3,67 %, al expirar el ultimátum de 60 días que las autoridades de Teherán habían dado a los signatarios europeos del acuerdo nuclear para compensar el impacto de la retirada unilateral de ese pacto por parte de Estados Unidos.

El portavoz de la Organización de la Energía Atómica de Irán, Behruz Kamalvandí, señaló que «en unas horas, se completará la labor técnica y el proceso de enriquecimiento superará el 3,67 %» en una rueda de prensa conjunta con el viceministro de Exteriores y negociador nuclear iraní, Abas Araqchí, difundida por la televisión estatal.

Kamalvandi precisó que «mañana, cuando la Organización Internacional de la Energía Atómica (OIEA) publique su informe, nuestro nivel de enriquecimiento estará por encima» de ese nivel.

«De momento, llegaremos a un enriquecimiento del 5 %», lo necesario para el suministro de combustible para alimentar a las centrales eléctricas del país, aclaró Kamalvandí y subrayó que para este objetivo «no se aumentará el número de las centrifugadoras».

Kamalvandí no preciso el limite de la necesidad de Irán pero explicó que según la decisión de las autoridades del país, el nivel del enriquecimiento de uranio podrá ir aumentando.

«Para las centrales eléctricas se necesita el enriquecimiento al 5 %, para temas de medicina nuclear al 20 % y para la propulsión nuclear al 60 %», detalló.

Las medidas anunciadas este domingo por Irán responden a la segunda fase de reducción de sus compromisos adquiridos tras la firma del acuerdo nuclear al sentirse muy perjudicada por su aplicación, especialmente tras la salida de Estados Unidos.

En la primera fase que comenzó en el mes de mayo, el Gobierno de Teherán sólo amplió el peso de las existencias del material de agua pesada y uranio enriquecido al 3,67 % que disponía, mientras en esta segunda advirtió de que aumentaría los niveles de enriquecimiento del uranio, tal y como parece que ha hecho.

Otro medida que iba a implementar Irán en esta segunda fase afectaba al reactor de agua pesada de Arak, que con el acuerdo nuclear y debido a su capacidad de producción de plutonio, material que puede ser usado para la bomba nuclear, se llenó de cemento y se planteó rediseñarlo.

Araqchí, sin concretar fechas, señaló que «la modernización del reactor de Arak se ha pospuesto», pero si los firmantes que permanecen en el acuerdo nuclear no logran avances, «lo volveremos a la situación anterior».

Aseguró que la República Islámica de Irán está interesada en mantener el acuerdo nuclear, pero mientras no se cumplan algunas de sus peticiones seguirá dando pasos cada 60 días en la reducción de los compromisos, un proceso que «puede acabar con la salida de Irán del acuerdo».

Si los europeos mediante el Apoyo al Intercambio Comercial (Instex, en sus siglas en inglés) u mediante alguna otra vía, hubieran cumplido con las expectativas de Irán «ahora no estaríamos en esta etapa».

Sobre todo, los europeos no lograron hacer nada en áreas de venta de petróleo y el acceso a sus ingresos, se lamentó Araqchí quien reconoció que en la otra parte existe la voluntad política de conseguir una solución practica.

Araqchí asimismo informó de que hoy será enviada una carta del ministro iraní de Exteriores, Mohamad Yavad Zarif, a la jefa de la diplomacia europea, Federica Mogherini, respecto a los puntos en torno al enriquecimiento de uranio que de ahora en adelante Irán dejará de cumplir.

Sobre la tercera fase de esta posible desvinculación, que se produciría el 7 de septiembre, Araqchí explicó que «preferimos anunciarlo dentro de dos meses y al cabo de este plazo de 60 días, pero Irán ya tiene planeado y programado todos los pasos que va a dar en este sentido».

Irán y las seis grandes potencias mundiales (Francia, el Reino Unido, Alemania, China, Rusia y EE. UU.) alcanzaron un histórico acuerdo en 2015 por el que Teherán se comprometía a limitar su programa nuclear para no poder desarrollar a corto plazo una bomba atómica, a cambio de facilidades económicas y comerciales.

En mayo de 2018, el presidente estadounidense, Donald Trump, ordenó la salida de EE. UU. del acuerdo nuclear y volvió a imponer sobre la economía iraní todas las sanciones que había levantado con el pacto, incluidas las que pesan sobre el sector petrolero.

Sin embargo, el Gobierno iraní aseguró que durante un año había sido muy paciente y había dado tiempo a los europeos para que ejecutasen sus compromisos, poniendo en marcha el Instex.

Teherán cree que el mecanismo de Instex que busca sortear las sanciones de EE. UU. para mantener relaciones comerciales con Irán, es positivo, pero insuficiente.

Por eso, en mayo, cuando se cumplía un año de la salida de EE. UU. del acuerdo, el presidente iraní, Hasán Rohaní, dio un ultimátum de 60 días al resto de países firmantes (Rusia, China, Francia, el Reino Unido y Alemania), al advertirles de que Irán comenzaría a incumplir el pacto si no le garantizan las exportaciones de petróleo y las transacciones bancarias.

Las autoridades de Irán en varias ocasiones han recomendado a Estados Unidos dar fin a las sanciones y volver a la mesa de negociaciones.

Araqchí reiteró hoy que Washington podrá volver a asistir a las negociaciones sobre el acuerdo nuclear «si se eliminan las sanciones» que ha impuesto contra Irán.