Las lluvias torrenciales han inundado las carreteras en el Reino Unido. | REBECCA NADEN

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Más de 300 alertas por inundaciones se mantienen este lunes en el Reino Unido tras el devastador paso de la tormenta Dennis el fin de semana, que obligó a cancelar vuelos y servicios de trenes y a evacuar a residentes de las áreas más castigadas por las lluvias torrenciales y los vientos huracanados.

Cinco de las 300 alertas corresponden a Inglaterra y han sido catalogadas como «graves», lo que implica que hay peligro de vida para sus habitantes, después de que se registrasen en 48 horas lluvias equivalentes a un mes de precipitaciones.

Las zonas más afectadas han sido Yorkshire (norte de Inglaterra) y el sur de Gales, donde algunos residentes, junto a sus mascotas -perros y gatos-, debieron ser evacuados en botes, mientras que debieron cancelarse numerosos servicios de trenes y autobuses.

Un portavoz del Servicio de Bomberos del sur de Gales dijo hoy que la pasada noche recibieron más de mil llamadas de urgencia, algo «sin precedentes», situación que calificó de «increíble».

«Nunca me he encontrado con estas inundaciones tan extendidas en mi trabajo (...) normalmente, hay áreas aisladas de inundaciones pero esta vez es tan amplio en todo el sur de Gales».

El domingo, 75 soldados del Regimiento Real de Escocia fueron enviados al valle de Calder, en Yorkshire (norte de Inglaterra) para ayudar a la Agencia del Medio Ambiente a instalar defensas improvisadas en algunas zonas bajo amenaza de inundaciones.

Esta zona del norte de Inglaterra ya había quedado afectada por Ciara, la fuerte tormenta del anterior fin de semana.

La Agencia de Medio Ambiente informó de que el río Ouse, en York, llegó el domingo a su nivel más alto y se puede desbordar mañana dado que el Servicio Meteorológico ha anticipado más lluvias para este lunes.

La localidad escocesa de Newcastleton, cerca de la frontera con Inglaterra, experimentó las peores inundaciones de los últimos años debido a la crecidas de las aguas de ríos cercanos.

El Servicio Meteorológico británico ha advertido de fuertes vientos para hoy en Escocia, Irlanda del Norte y gran parte de la costa galesa y el suroeste de Inglaterra, lo que puede añadir más problemas a los ya experimentados por sus habitantes.

Unos 300 vuelos debieron cancelarse el fin de semana en el Reino Unido, varios de ellos en el aeropuerto londinense de Heathrow. Entre las aerolíneas que decidieron cancelar o modificar los planes de vuelos figuran easyJet y British Airways (BA), medidas que afectaron los planes de viaje de más de 40.000 pasajeros.

Muchas familias vieron sus planes de viaje alterados ya que esta es una semana de vacaciones escolares en el país.

Varias carreteras y autopistas permanecen cortadas en Staffordshire y Nottinghamshire (Inglaterra) y en Powys y Monmouthshire (Gales), así como algunas áreas de Escocia.

Las compañías de ferrocarriles CrossCountry, Great Western Railway, Merseyrail, Northern, South Western Railay, Transport for Rail y Scotrail comunicaron que sus servicios -que conectan diversas localidades entre Inglaterra, Gales y Escocia- han resultado afectados por las lluvias torrenciales del domingo.

El ministro de Medio Ambiente, George Eustice, negó este lunes que el Gobierno no estuviera preparado para este caos. El ministro culpó el «cambio climático» por el alcance de los daños provocados por las fuertes lluvias, si bien admitió que «siempre hay más por hacer» ante situaciones como esta.

«Estos eventos meteorológicos son más extremos, pero hemos hecho todo lo que hemos podido», añadió.

Según Eustice, el Gobierno ha invertido 2.500 millones de libras (5.900 millones de euros) para afrontar condiciones meteorológicas extremas desde 2015 y ha comprometido otros 4.000 millones de libras (4.720 millones de euros) para los próximos cinco años.

El Gobierno ha informado de que ha activado un fondo de emergencia para ayudar a las áreas más castigadas por las inundaciones, como las inglesas de Nottinghamshire, Leicestershire, Derbyshire, Shropshire, Telfrod, Worcestershire y Herefordshire.

En virtud de ese fondo, denominado programa «Bellwin», las autoridades locales pueden solicitar al Gobierno el reembolso de costes que no estaban cubiertos por las compañías aseguradoras.