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La tensión no se rebaja un ápice, más bien al contrario, y en la tercera noche de protestas en Estados Unidos por la muerte de George Floyd ha ardido una comisaría de policía en su ciudad natal, Mineápolis. Son muchos los manifestantes que desde la noche del pasado lunes salen a las calles para mostrar su indignación por la muerte de este guarda de seguridad de 46 años, fallecido en el hospital tras su detención por parte de la Policía por un delito menor, y tras permanecer casi diez angustiosos minutos con el cuello aplastado por la rodilla de un agente blanco contra el suelo.

En la madrugada de este pasado jueves los manifestantes han retomado su expresión de indignación en la calle, y algunos han incendiado el centro policial al que estaban adscritos los cuatro agentes que intervinieron en la detención de George Floyd, y que el mismo día de los hechos fueron despedidos del cuerpo.

Los vídeos que de las protestas se pueden encontrar inundando las redes sociales muestran a miles de personas rodeando la comisaría, mientras algunos escalan y otros prenden fuego al edificio.

Es el incidente más llamativo, pero no el único que se ha producido en la ciudad capital del estado de Minnesota, como muestran otros testimonios recorriendo las calles, entre edificios y comercios devastados que arrojan una estampa inquietante y apocalíptica.

Los reporteros a pie de calle contabilizan al menos dos supermercados asaltados, un numero indeterminados de comercios han corrido la misma suerte, y grupos de manifestantes se han dirigido a la sede del gobierno local.

Al parecer, las fuerzas del orden se están viendo desbordadas por esta ola de indignación y el vandalismo que a su amparo ha crecido. Algunos apuntan que la policía no está interviniendo con mano dura en estos altercados de forma deliberada, conscientes de que su sola presencia podría provocar un empeoramiento de la situación, de consecuencias trágicas.

Algunas fuentes pretenden apuntalar su teoría de que el racismo es inherente a estos casos con datos y cifras concretas. Así apuntan a que la población negra constituye el 20 % de la población en este estado, aunque el 60 % de las muertes producidas por parte de la policía en operativos y actuaciones ordinarias son referentes a personas de esta comunidad.