Unos hombres atraviesan en un vehículo todoterreno uno de los campos de refugiados saharauis en Rabuni, Argelia, este viernes. | Javier Martín Rodríguez

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Las Fuerzas Armadas de Marruecos se han desplegado en la zona de Guerguerat, fronteriza con Mauritania, para garantizar la libre circulación tras semanas de bloqueo por parte de activistas saharauis y de «provocaciones» atribuidas desde Rabat al Frente Polisario, que por su parte ha avanzado que ha comenzado a «responder» a esta «agresión directa» y habla ya de «guerra».

El Estado Mayor de las Fuerzas Armadas de Marruecos ha anunciado en un comunicado que tras el bloqueo efectuado por «unas sesenta personas» y, dada la limitación que ha supuesto para la circulación a través de este paso --considerado «ilegal» por el Polisario--, se ha establecido un «cordón de seguridad» desde este jueves por la noche.

La operación, según el Ejército, «no es ofensiva ni tiene intención bélica», de tal forma que se pretende «evitar todo contacto con personas civiles y no recurrir a las armas salvo en caso de legítima defensa», reza el comunicado recogido por la agencia de noticias oficial MAP.

La nota de las Fuerzas Armadas ha llegado acompañada de otra del Ministerio de Asuntos Exteriores en la que el Gobierno ha acusado al Polisario de llevar a cabo «provocaciones graves e inaceptables» que justifican que las autoridades marroquíes hayan decidido actuar «con respeto a sus atribuciones» y «en perfecta conformidad con la legalidad internacional».

El Gobierno, que no ha aludido a la operación militar, ha alegado que no le queda «otra opción que asumir sus responsabilidades» para garantizar la libre circulación en Guerguerat y poner fin a unos bloqueos que se habrían iniciado el 21 de octubre. El Polisario, ha advertido, será quien asuma «toda la responsabilidades y las consecuencias» de lo que pueda ocurrir.

Este bloqueo, así como el supuesto «hostigamiento» a miembros de la misión de paz de la ONU (MINURSO), constituyen a juicio de Rabat «verdaderos actos premeditados de desestabilización que alteran el estatus de la zona, violan los acuerdos militares y representan una amenaza real para el mantenimiento del alto el fuego».

El Ministerio de Exteriores de Marruecos ha apuntado que durante estas semanas ha estado en contacto tanto con países vecinos como con Naciones Unidas, confiando en los «buenos oficios» tanto de la MINURSO como del secretario general de la ONU, António Guterres. Sin embargo, los llamamientos a la calma «han sido en vano», ha agregado.

El Frente Polisario, que controla la autoproclamada República Árabe Saharaui Democrática (RASD), ya denunció el lunes el envío de fuerzas de Marruecos a la zona del paso de Guerguerat, anticipando el inicio de «una nueva guerra total en la región», y este viernes ha alertado de que la nueva operación representa una violación «deliberada» del alto el fuego.

En este sentido, considera que el envío de tropas a través de tres rutas al este del paso de Guerguerat para reprimir a civiles que «se manifestaban pacíficamente» constituye «una agresión directa contra el pueblo saharaui», que se sitúa a partir de ahora «en la posición de legítima defensa de la soberanía e integridad territorial de la RASD».

«El Ejército Popular de Liberación Saharaui ha comenzado a responder con la firmeza requerida a este incumplimiento y a la marcha hostil marroquí», ha informado el Polisario en una nota este viernes.

Las autoridades de la RASD han devuelto el aviso a Rabat y han responsabilizado «plenamente» al Gobierno marroquí «de todas las peligrosas consecuencias de este ataque sobre la seguridad y estabilidad de la región».

El Polisario ha denunciado que «un grupo de matones marroquíes vestidos de civiles» ha atacado a un grupo que protestaba de forma pacífica y que las tropas marroquíes han traspasado el muro que separa a ambas partes «en un cobarde intento por cercar la región». «Comenzó la gran batalla y con ella la gran guerra de liberación de todo el pueblo», ha proclamado.

El máximo responsable del Frente Polisario y presidente de la RASD, Brahim Ghali, ha remitido una carta al secretario general de la ONU, António Guterres, y a la presidenta de turno del Consejo de Seguridad para informarles de un «ataque brutal» por parte de Marruecos «contra civiles saharauis desarmados que se han manifestado pacíficamente en Guerguerat».

«La operación militar de las fuerzas marroquíes contra civiles saharauis es un acto de agresión y una flagrante violación del alto el fuego que Naciones Unidas y el Consejo de Seguridad deberían condenar en los términos más enérgicos posibles», ha reclamado Gali, quien también comanda las Fuerzas Armadas de la RASD.

Según Gali, la «acción militar» marroquí se ha producido pocas horas antes de un contacto previsto para este viernes entre el Polisario y Guterres, lo que demostraría en su opinión que se trata de «un acto de agresión premeditado por parte del estado ocupante para abortar los esfuerzos de la ONU» para rebajar las tensiones.

El nuevo despliegue, ha añadido el presidente de la RASD, complica «cualquier posibilidad de lograr una solución pacífica y duradera a la cuestión de descolonización en el Sáhara Occidental».

El primer ministro marroquí, Saadín el Otmani, se ha reunido con los dirigentes de los distintos partidos políticos para informarles de la evolución de la situación, en un encuentro al que también han asistido los ministros del Interior y de Exteriores, así como el consejero de la Casa Real Fuad Alí el Himma.

El Gobierno aspira a aunar fuerzas para convencer a la ciudadanía de que la cuestión del Sáhara Occidental es «una causa nacional» en la que todo el pueblo debe estar «movilizado» del lado del rey Mohamed VI. El Otmani ha explicado ante la prensa que, siguiendo precisamente directrices del monarca, Rabat se mantiene en contacto con Guterres y con los miembros del Consejo de Seguridad de la ONU.

El primer ministro ha defendido que durante estas últimas semanas la parte marroquí ha actuado «con la máxima contención» mientras que la saharaui no ha cedido a los llamamientos internacionales, lo que habría hecho «necesaria» la intervención que finalmente se ha concretado este viernes.

No obstante, y en contra de lo sugerido por el Polisario, ha asegurado que no ha habido «ninguna fricción con las milicias separatistas», ya que estas «se han retirado desde que las Fuerzas Armadas intervinieron para asegurar la zona», informa la agencia MAP.