Militantes talibanes patrullan tras tomar el control de la casa del gobernador y la ciudad de Ghazni, en Afganistán. | NAWID TANHA

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Los talibán se han hecho este jueves con el control de la ciudad de Ghazni, capital de la provincia homónima, que se convierte en la décima que cae en su poder en menos de una semana y que eleva a cerca de un tercio el total de capitales provinciales en manos de los insurgentes.

«La capital de la provincia de Ghazni también ha sido conquistada», ha afirmado el portavoz de los talibán, Zabihulá Muyahid, a través de un mensaje en su cuenta en la red social Twitter. «Un gran número de soldados ha muerto y decenas se han rendido», ha agregado.

Muyahid, quien ha asegurado que los talibán «han recuperado una gran cantidad de armas y equipamiento», ha agregado que «la oficina del gobernador, la sede de la Policía, la cárcel y el fuerte Jauz», entre otras ubicaciones estratégicas, han sido tomadas por los insurgentes.

Los avances de los talibán han sido confirmados por los consejeros locales Nasir Ahmad Faquiri y Amanulá Kamran, quienes han apuntado en declaraciones concedidas a la agencia alemana de noticias DPA que el grupo ha tomado los edificios más importantes y ha irrumpido en la prisión central.

Asimismo, han acusado al gobernador provincial de cerrar un pacto con los insurgentes para entregarles la ciudad y han añadido que sólo un pequeño número de miembros de las fuerzas de seguridad atrincherados en el edificio de los servicios de Inteligencia están haciendo frente a los atacantes.

La ciudad, que tiene unos 180.000 habitantes, está situada en una carretera estratégica y, debido a su proximidad a Kabul, había sido objetivo de varias ofensivas de los talibán durante los últimos años, incluido un asalto en 2018 que se saldó con la muerte de más de un centenar de miembros de las fuerzas de seguridad y 20 civiles.

De esta forma, los talibán controlan diez de las 34 capitales provinciales, lo que ha generado el temor de que puedan hacerse con el poder por la fuerza ante la retirada de las tropas internacionales y el estancamiento de las conversaciones de paz entre el Gobierno afgano y el grupo insurgente en la capital de Qatar, Doha.

Por otra parte, fuentes oficiales han destacado que las fuerzas de seguridad afganas han repelido varias ofensivas de los talibán durante las últimas horas contra las capitales de las provincias de Herat y Badghis, Herat y Qala-e Nau, respectivamente.

El gobernador de Herat, Abdulsabur Qani, ha detallado que los insurgentes atacaron la ciudad en la noche del miércoles desde cuatro direcciones e hicieron frente a una «enorme respuesta» por parte de las fuerzas gubernamentales y las milicias aliadas.

Así, ha recalcado que los combates se saldaron con la muerte de un miembro de las fuerzas de seguridad y «al menos 30 talibán», mientras que cuatro agentes y «decenas» de insurgentes resultaron heridos, según ha informado la cadena de televisión afgana Tolo TV.

Por su parte, el gobernador de Badghis, Hasamudín Shams, ha indicado que los insurgentes sufrieron también un revés en Qala-e Nau y ha añadido que «al menos 60 talibán, incluidos sus cuatro comandantes, murieron en los enfrentamientos, en los que otros 50 resultaron heridos».

«Los combates aún continúan en algunas partes de los alrededores de Qala-e Nau, pero las fuerzas gubernamentales han controlado la situación», ha resaltado, en declaraciones concedidas a la citada cadena de televisión.

En este contexto, os servicios de Inteligencia estadounidenses estiman que los talibán podrían tomar la capital, Kabul, en un plazo de 90 días y que la ciudad podría quedar aislada entre los próximos 30 y 60 días, pese a lo cual el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha resaltado que no frenará el repliegue.

El portavoz del Departamento de Defensa de Estados Unidos, John Kirby, ha rechazado comentar este estudio, si bien ha reconocido el «deterioro de la situación» en el país. Por otra parte, ha reiterado el llamamiento de Biden a las autoridades locales para hacer frente a la ofensiva de los talibán.

«Hemos trabajado duro para mejorar la competencia y la capacidad (de las fuerzas de seguridad) afganas en el campo (de batalla), pero en algún momento la competencia y la capacidad deben ser cuestión de los propios afganos», ha remachado.

Respecto a la situación en Afganistán, el portavoz de la Secretaría General de la ONU, Stéphane Dujarric, incidió durante la jornada del miércoles en que desde principios del año casi 390.000 personas han sido desplazadas por el conflicto, «con un gran aumento desde mayo».