Las autoridades han confirmado que los supermercados han reabierto en su horario reducido y que lo han hecho gracias a que «se han tomado medidas para garantizar la seguridad». | Reuters

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El vicealcalde de la ciudad de Almaty, Yerzan Babakuramov, situada en el sureste de Kazajistán, ha asegurado que, pese a que quedan focos de violencia protagonizados por manifestantes armados, el conflicto vive una etapa de «estabilización». «Los violentos siguen oponiendo resistencia armada. Hay estabilización, pero también hay focos de una feroz resistencia», ha señalado el vicealcalde en declaraciones recogidas por la cadena de televisión Jabar 24.

Al mismo tiempo, las autoridades han confirmado que los supermercados de Almaty han reabierto en su horario reducido y que lo han hecho gracias a que «se han tomado medidas para garantizar la seguridad». Por otro lado, el aeropuerto de la ciudad está preparado a nivel técnico para retomar su actividad, si bien los vuelos se reanudarán una vez esté la situación esté más controlada, apunta la agencia rusa TASS.

Al menos 40 personas han muerto y más de 5.100 han sido detenidas desde el comienzo de las protestas contra las autoridades de Kazajistán, según un nuevo balance del Ministerio del Interior. Además, la cadena anteriormente mencionada señala que se superan los 1.300 agentes del orden y personal militar heridos como consecuencia de los disturbios. Así, las autoridades competentes han revelado el inicio de una serie de investigaciones sobre los saqueos, vandalismo, homicidios y asaltos armados que se han dado a lo largo de los últimos días en todo el país, especialmente en Almaty, y que han supuesto unas pérdidas estimadas de 87.000 millones de tenges kazajos -unos 176 millones de euros-.

«Durante los disturbios se han dañado o destrozado más de 400 vehículos, incluidos 346 pertenecientes a los organismos de Interior. Los vándalos han saqueado más de cien grandes comercios y bancos», ha informado el ministro de Interior, Erlan Tugumbayev. De acuerdo con las estimaciones, recogidas por el diario Vlast, entre los detenidos hay once instigadores de los disturbios en el país, que el Gobierno ha achacado a la intervención de «terroristas» bajo influencia extranjera.

Entre los fallecidos se encontrarían miembros de las fuerzas de seguridad, después de que «criminales armados» hayan abierto «fuego indiscriminado» contra agentes de Policía, militares y civiles, según ha detallado Tugumbayev. Además, el funcionario ha apuntado a la detención de cerca de 300 personas, entre el 6 y el 7 de enero, cuando intentaban cruzar la frontera en automóvil o a pie. A estos se les incautaron armas de fuego, así como objetos de valor que habían sido robados.

A nivel político, además de aceptar la renuncia del Gobierno, el presidente de Kazajistán, Kasim Jomart Tokayev, también ha destituido al vicesecretario del Consejo de Seguridad, Azamat Abdimomunov, lo que supone un indicio de la intención de Tokayev de realizar cambios profundos en un sistema político aún muy influenciado por el expresidente Nursultán Nazarbayev. Además, el jefe de los servicios secretos kazajos, Karim Massimov, ha sido arrestado bajo sospecha de alta traición, dos días después de su cese del cargo por haber sido incapaz de detectar las protestas que llevan sacudiendo el país esta semana.

Ambos ceses estarían relacionados con la destitución del expresidente Nazarbayev como presidente del Consejo de Seguridad, quien hasta ahora era considerado como una figura muy influyente en el país y que continúa en Kazajistán a pesar de los rumores de un posible exilio. Según el portavoz del expresidente, Aidos Ukibay, «en los medios de comunicación y en las redes sociales se propagan muchos rumores falsos y comentarios provocativos con respecto al primer presidente», lo que considera un «intento de desestabilizar la situación política y socavar las bases constitucionales del Estado».

Según ha explicado el portavoz de Nazarbayev, el expresidente y el actual mandatario Tokayev «siempre han estado del mismo lado de las barricadas», a pesar de su reciente destitución, y ha ensalzado que en estos días «han vuelto a demostrar un poder monolítico». Los disturbios en Kazajistán emergieron a partir de una protesta en los precios del gas licuado, fundamental para los desplazamientos en coche por el país.

Además, la Presidencia kazaja ha anunciado que Tokayev ha declarado el próximo lunes como día de luto nacional por las víctimas de la violencia. Las manifestaciones, que comenzaron en las ciudades de Zhanaozen y Aktau, se extendieron más tarde por todo el país, a pesar de la renuncia del Gobierno, y especialmente se han encrudecido en el núcleo financiero de Almaty, ahora mismo bajo estado de emergencia.