Protesta contra los Juegos Olímpicos de Pekín en la Puerta de Brandemburgo. Manifestantes rechazan la celebración deportiva por la falta de apoyo del régimen a los derechos humanos. Entre tanto los medios rusos denuncian que Alemania entorpece su trabajo en su territorio. | Reuters

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La 'guerra' mediática ha avivado la escena internacional en las últimas horas, al estallar un contencioso entre Alemania y Rusia que arrancó con la suspensión de las emisiones del canal estatal ruso RT en territorio alemán. La respuesta de Moscú no ha tardado en darse y ha sido en forma de prohibición de la emisión de la cadena alemana Deutsche Welle allí donde el Kremlin tiene autoridad.

En este contexto la ministra de Cultura teutona, Claudia Roth, ha apelado este viernes al diálogo. «Lo que necesitamos no es una acción agresiva, sino diálogo, distensión, en lugar de escalada», ha dicho en declaraciones a un canal alemán. Ha afirmado que RT puede solicitar una licencia y tomar las medidas legales que considere pertinentes en relación con el bloqueo. Además, ha señalado que las medidas contra Deutsche Welle son «agresivas» e «inaceptables» y ha dicho sentirse «molesta» dado que esta semana ha abordado con un representante ruso la forma de mejorar las relaciones bilaterales entre ambos países.

En este sentido, ha asegurado que tratará de explicar a su homóloga rusa, Olga Liubimova, la diferencia entre los dos casos y «el marco jurídico que opera en Alemania». El Gobierno alemán ha señalado así que la decisión rusa «tensa las relaciones» entre ambos países y, según el portavoz del Gabinete alemán Wolfgang Buechner, las medidas anunciadas contra la cadena son «infundadas» y «contradicen la libertad de expresión», según ha recogido la agencia DPA. Asimismo, ha asegurado que el trabajo periodístico de RT en Alemania no se ha visto restringido. «Queremos que Rusia dé marcha atrás y vuelva a analizar esta situación», ha dicho antes de hacer un llamamiento urgente a la parte rusa para que «no abuse de los problemas de concesión de licencias de RT».

Las complejas relaciones entre Alemania y Rusia se han enturbiado aún más por un conflicto de carácter informativo, protagonizado por la suspensión del canal en alemán del medio ruso RT y la prohibición de la cadena pública alemana Deutsche Welle en el territorio que domina el presidente Vladímir Putin.

El ministerio de Exteriores ruso decidió este jueves retirar la licencia a la cadena pública germana y clausurar sus oficinas en Moscú como una represalia por la decisión del regulador de medios alemán de prohibir la retransmisión del nuevo canal RT Deutsch. Berlín y Moscú se acusan mutuamente de coartar la libertad de prensa y de opinión en una disputa que viene de lejos pero que se ha intensificado al ahondarse en los últimos meses la crisis en torno a Ucrania. «El momento es desfavorable, en vista de la situación política es como una gota más de aceite en el fuego» afirmó Ingo Peters, profesor de ciencias políticas de la Universidad Libre de Berlín sobre la decisión del regulador alemán, la Comisión para la Supervisión de Medios de Comunicación (ZAK).

El canal en alemán de RT, lanzado en 2014, ha denunciado desde sus inicios obstáculos para su actividad que a su juicio tienen motivación política, como el cierre de cuentas por parte de entidades bancarias y la dificultad para obtener acreditaciones para algunos eventos del Gobierno. Además, la cuenta de RT Deutsch en YouTube fue bloqueada en por lo menos dos ocasiones, ya que según esta plataforma había infringido los términos y condiciones, además de difundir informaciones falsas con respecto a la pandemia de COVID. RT no es el único medio parte del conglomerado TV-Novosti con presencia en Berlín pues en la capital alemana tienen además su sede principal la agencia de noticias audiovisuales Ruptly y la plataforma Redfish, que produce documentales de contenido social.