Imagen de algunos vehículos militares rusos en una calle de Borodyanka. | Reuters - Maksim Levin

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El octavo día del conflicto en Ucrania se vive a la espera de conocer cuál será el resultado de las negociaciones de paz. Sin embargo, el avance de las tropas rusas continúa. El jefe en funciones de la empresa nuclear estatal ucraniana Energoatom, Petro Kotin, reconoció en una entrevista a Reuters que Ucrania sigue controlando dos centrales nucleares clave en el sur del país, incluida Zaporiyia, la mayor de Europa, pero las fuerzas rusas se están acercando. Al mismo tiempo, la viceministra de Exteriores ucraniana, Emina Zaparova, dijo que su país estaba «demasiado débil» para resistir el avance de Rusia, dirigido por «un grupo de criminales de guerra con acceso al botón nuclear».

«Las tropas rusas que han irrumpido en Ucrania están participando en actos que son crímenes de guerra y contra la humanidad», aseguró ante el Consejo de Derechos Humanos de la ONU la viceministra, quien destacó que «miles de ucranianos están intentando resistir contra los tanques en Kiev, o se han colocado como escudos humanos en Lugansk». Ante el cerco ruso, Zaparova celebró que «una coalición internacional esté ganando fuerza», como se demostró este miércoles con el apoyo masivo de la Asamblea General de la ONU a una resolución condenatoria de la invasión, o con el inicio de procedimientos en la Corte Penal Internacional o el Tribunal Europeo de Derechos Humanos.

La «número dos» de la diplomacia ucraniana afirmó que son objetivo de los ataques rusos infraestructuras civiles tales como escuelas, orfanatos, iglesias u hospitales. Unos ataques dictados «sin que Ucrania hiciera nada por provocarlos, ya que sólo queríamos elegir nuestro propio futuro por nosotros mismos, no aceptar el que nos impusiera nuestro vecino». Zaparova también recordó los millones de desplazados y refugiados que en sólo una semana ha desencadenado la ofensiva de Moscú y mostró su solidaridad con ellos recordando que ella misma tuvo que salir precipitadamente de su hogar en Crimea cuando esa península fue anexionada por Rusia en 2014.

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Centrales nucleares

Kiev pidió al organismo de vigilancia atómica de la ONU (OIEA) que revise su relación con Rusia, que ayude a crear un perímetro de prohibición de 30 kilómetros desde las centrales para las fuerzas rusas, así como que presione para que la OTAN establezca una zona de exclusión aérea sobre el país, según el documento visto por Reuters. El OIEA ha dicho que está trabajando con todas las partes para determinar de qué manera efectiva podría prestar asistencia.

La Junta de Gobernadores del OIEA aprobó el jueves una resolución en la que critica a Rusia por su invasión a Ucrania y le pide que permita a este país controlar todas sus instalaciones nucleares, con sólo dos votos en contra, informaron diplomáticos. Estados Unidos y sus aliados de la OTAN han rechazado la petición de Ucrania de imponer una zona de exclusión aérea sobre el país, argumentando que esto llevaría a una confrontación directa con Rusia.

El jefe en funciones de la empresa nuclear estatal ucraniana Energoatom, Petro Kotin, dijo que las tropas rusas han avanzado hasta estar a menos de 35 km de la planta de Zaporiyia y de la central eléctrica de Ucrania del Sur y que las tropas ucranianas y rusas se habían enfrentado el miércoles en Voznesensk, a unos 30 km de distancia. «Si la situación empeora, será imposible pensar en lo que pasará si empiezan a bombardear. Simplemente no saben lo que están haciendo», dijo Kotin, añadiendo que no creía que los rusos hubieran recibido la orden de lanzar un ataque contra las plantas.

Kotin dijo que las tropas rusas querían que las fuerzas locales se rindieran para poder tomar el control de las zonas circundantes y de la central eléctrica. «La central de Zaporiyia sigue funcionando con normalidad. No hay ninguna desviación de las operaciones normales, pero el consumo durante esta guerra ha disminuido drásticamente a sólo 3 unidades de las 6 que funcionan», dijo sobre la planta de 6.000 megavatios.