Una de las bodas que se han celebrado en el frente. | Twitter: @IAPonomarenko

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El «que hable ahora o calle para siempre» típico y tradicional que suele asociarse a la celebración de un matrimonio debe adquirir unos tintes un tanto diferentes cuando los contrayentes visten de camuflaje, y asumen el valor relativo de la vida con un kaláshnikov colgado al hombro. La guerra en Ucrania tras la invasión rusa lo capitaliza todo. Toda nuestra atención y nuestros deseos se centran en esta parte del mundo donde, sin embargo, todo sigue a pesar de las penurias. No existe otra opción.

Tanto es así que en las últimas horas, a través de las redes sociales, se han difundido varios vídeos e imágenes de un mismo tema: bodas en el frente, más o menos cercanas a los combates, en plena guerra. ¿Hay tiempo para el amor cuando las bombas estallan y los disparos silban cercanos? A juzgar por las imágenes, compartidas por distintos usuarios desde Ucrania, varias parejas han querido oficializar su relación ante los ojos del Dios ortodoxo.

A falta de un convite al uso, lleno de familiares y amigos celebrando la buena nueva, los compañeros de armas han acompañado a las parejas que han decidido casarse en tiempos de guerra. En la publicación que viene a continuación una mujer ucraniana explica que siempre quiso casarse un 29 de abril. «Pero el 24 de febrero Putin se volvió totalmente loco», dando inicio a la invasión de Ucrania. Su pareja se alistó para defender su país y ella se hizo voluntaria. Ambos son plenamente conscientes de que «mientras dure la guerra tan solo tienes el hoy», y en consecuencia hay que aferrarse a él con todas las fuerzas que queden.

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Algunas de estas vivencias las han captado sobre el terreno los corresponsales de guerra. Es el caso, por ejemplo, de Paul Ronzheimer, reportero alemán informando los últimos días desde Kiev y su zona más próxima. En el ejercicio de su tarea informativa este profesional de la comunicación se encontró con una boda, y así lo explicó para sus lectores y seguidores en general. Incluso pudo grabar un vídeo en el que se aprecia a los novios, Valeriy y Lesya, felices por su unión y agasajados por sus compañeros militares con canciones tradicionales, dignas de la ocasión.

Si se dice que la desinformación y las fake news constituyen un campo de batalla como tal en las guerras modernas es en cierta manera a través de campañas y gestos como estos. Los analistas y expertos en comunicación y ciencia política han repasado abundantemente en las últimas horas los gestos y la escenificación de los líderes ruso y ucraniano, respectivamente.

Si Vladímir Putin aparece siempre marcial y hierático, vestido con impecable traje y corbata, a Volodímir Zelenski lo vemos muchas veces visiblemente cansado, con ropa de campaña, e incluso agarra una silla para situarse físicamente cerca de los periodistas congregados para escucharle en rueda de prensa. A Putin nos acostumbramos a verlo en el extremo de una mesa larguísima, inalcanzable. Probablemente haya hombres y mujeres que sientan una urgencia cierta y real de casarse cuando la guerra llama a su puerta, aunque resulte difícil no ver en ello un cierto tipo de instrumentalización.