Imagen histórica de la construcción del muro de Berlín en las cercanías de la emblemática Puerta de Brandemburgo. El presidente ucraniano ha alertado ante el Bundestag de que Putin quiere volver a plantar un telón de acero que divida a los ciudadanos europeos. | Efe

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El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, ha remitido a algunos de los peores fantasmas de los Estados occidentales para pedir a sus parlamentos más compromiso con el pueblo ucraniano en el actual contexto de invasión decretada unilateralmente por Vladímir Putin. Ante el Congreso de Estados Unidos Zelenski recordó esta semana el brutal ataque japonés a Pearl Harbor, que significó de facto la entrada de esta potencia en la Segunda Guerra Mundial, y el 11-S, el atentado masivo que cambió Nueva York y el corazón de los estadounidenses para siempre.

Ante el Bundestag, la cámara legislativa de Alemania, ha hecho lo propio este jueves utilizando para ello el muro de Berlín, símbolo y recuerdo vivo en la mente colectiva alemana de la dureza de los tiempos pretéritos. En sus mensajes Zelenski recuerda a europeos y americanos sus cicatrices más prominentes, y les pide actuar con medidas decididas que detengan la sangría de vidas inocentes malgastadas por la guerra. El líder ucraniano, adalid de la resistencia contra las tropas rusas, dijo ante los diputados reunidos en Berlín que Putin pretende dinamitar los nexos existentes y alzar nuevos muros entre los ciudadanos europeos. Otra mención más a la división de Alemania en dos mitades y al telón de acero que algunos temen que Putin trate de construir nuevamente, con su golpe de efecto en el tablero internacional.

Según el mandatario, Rusia plantea un nuevo muro «entre libertad y falta de libertad» que recorre Europa y por ello ha reclamado al canciller Olaf Scholz capacidad de liderazgo para «derribarlo», en lugar de priorizar «la economía». «Dele a Alemania el liderazgo que merece para que las generaciones futuras puedan estar orgullosas de ustedes. Apoye nuestra libertad, apoye a Ucrania, detenga esta guerra, ayúdenos a detenerla», clamó en otra de sus intervenciones virtual ante el plenario teutón, que también en este caso lo recibió con una fuerte ovación, como han hecho otros parlamentos que lo han acogido y escuchado.

Zelenski invocó el histórico discurso pronunciado en 1987 por el entonces presidente de Estados Unidos, Ronald Reagan, cuando pidió desde la Puerta de Brandeburgo al líder soviético, Mijail Gorbachov, que derribara el muro que desde 1961 dividía Berlín. «Señor Scholz, destruya este muro», enfatizó, para insistir en la parábola entre esa división de entonces y el nuevo muro que, advirtió, está trazando Rusia desde la invasión que se inició el 24 de febrero y que ha costado la vida, dijo, de al menos 108 niños.

«Cada bomba que cae, cada decisión que no se adopta es una piedra con la que se construye ese muro», añadió el líder ucraniano, para recordar que los ataques rusos sobre su país se producen «día y noche, los siete días de la semana» y que no respetan ni hospitales, ni escuelas ni otros objetivos civiles. Reprochó a continuación Zelenski al plenario alemán la falta de un apoyo más decidido y advirtió de que las sanciones contra el entorno del presidente Putin «llegan tarde y no son suficientes». «Es difícil para nosotros sobrevivir a todo esto sin la ayuda del resto del mundo, defender a Ucrania y defender al mundo libre de Europa», dijo, para sostener su país estaba encontrando «más apoyos» desde el otro lado del Atlántico que en su propio continente.

Zelenski no ahorró reproches tampoco a la cúpula política alemana -no solo la actual, sino también la precedente- en lo que respecta al gasoducto Nord Stream, fruto de un acuerdo en 2005 entre el entonces canciller socialdemócrata, Gerhard Schröder, y Putin, su amigo y aliado político, para llevar el gas ruso hasta los hogares y empresas alemanas. «Les advertimos de que Nord Stream 2 era un arma. Y su respuesta fue economía, economía, economía», afirmó.

El presidente ucraniano aludió de esta forma al segundo tramo de la conexión energética cuya construcción no detuvo Berlín ni siquiera a raíz de la anexión de Crimea, en 2014, bajo el gobierno de la anterior canciller, Angela Merkel. La decisión de suspender el proceso de certificación del gasoducto la adoptó Scholz al día siguiente de iniciarse la invasión de Ucrania, por lo que ha quedado paralizado. Nuevamente el presidente ucraniano ha pedido a Alemania que no importe más gas ruso, porque a través de él Putin sufraga las bombas que luego descarga contra su pueblo.