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El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, se ha desplazado este lunes a la localidad de Bucha, que se encuentra a las afueras de la capital, Kiev, tras la masacre de más de 400 civiles.

Durante su visita, Zelenski ha acusado a las tropas rusas de cometer «crímenes de guerra y genocidio» y ha supervisado las zonas destruidas y el equipamiento ruso que queda en las inmediaciones. Además, se ha dirigido a la población local y ha visitado varios centros de ayuda humanitaria.

En relación con la posibilidad de lograr establecer un verdadero diálogo de paz con Rusia, Zelenski ha matizado que cree que es posible dado que «Ucrania debe hallar la paz». "Estamos en el siglo XXI. Seguiremos haciendo uso de los esfuerzos diplomáticos y militares", ha dicho.

El alcalde de Bucha, Anatoli Fedoruk, ha dado detalles al presidente sobre la situación humanitaria y la búsqueda de los cuerpos de fallecidos, al tiempo que ha facilitado un análisis sobre los daños provocados, según ha indicado la Presidencia en un comunicado.

Los crímenes serán "reconocidos como genocidio"

Zelenski, por su parte, ha concedido al edil la medalla de la Orden al Coraje de Tercer Grado y se ha dirigido a la prensa internacional que se ha desplazado hasta Bucha para documentar la situación actual.

"Es muy importante para nosotros que los periodistas estén aquí. Queremos mostrar al mundo lo que está pasando, lo que hace el Ejército ruso en la pacífica Ucrania", ha manifestado.

Además, ha recalcado que estos "crímenes de guerra serán reconocidos por el mundo como genocidio«. »Estamos al tanto de que miles de personas han sido torturadas y asesinadas, y muchas mujeres han sido violadas", ha lamentado.

El mandatario también se ha dirigido a la zona del río Irpin que ha resultado destruida por los ataques, especialmente el puente de la autopista R-30. Así, ha especificado que se tardará unos 10 días en reconstruir un cruce temporal.

La visita de Zelenski tiene lugar después de que las fuerzas ucranianas hayan recuperado en la zona los cuerpos sin vida de 410 personas tras la retirada de las tropas rusas de la localidad.