Edificios dañados con una planta de la empresa Azovstal Iron and Steel Works al fondo, durante el conflicto entre Ucrania y Rusia en la ciudad portuaria sureña de Mariúpol. | Reuters - ALEXANDER ERMOCHENKO

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Rusia ha dado otro ultimátum a las fuerzas rusas pertrechadas en la planta metalúrgica de Azovstal en Mariúpol para que depongan las armas este miércoles, después de que el martes ninguno de los defensores se entregara en las dos horas dadas por Moscú para hacerlo. «A pesar de la irresponsabilidad completa de los funcionarios del régimen de Kiev, para salvar a su personal militar, las Fuerzas Armadas de Rusia, guiadas por principios puramente humanos, otra vez ofrecen a los militantes de batallones nacionalistas y mercenarios detener el combate y deponer las armas a las 14.00 hora local (11.00 GMT)», señaló el jefe del Centro de Control de Defensa Nacional, coronel general Mijaíl Mizíntsev.

El coronel general volvió a asegurar que Rusia garantizará la seguridad y la vidad de aquellos que se entreguen este miércoles. Indicó que el martes «a las 22.00 hora local (19.00 GMT), nadie había llegado al corredor (humanitario) indicado». Rusia atribuyó el fracaso de su enésimo ultimátum dado a la última resistencia ucraniana en la enorme acería, rodeada por las tropas rusas, a que «las autoridades de Kiev continúan engañando a su propia gente, convenciéndoles de la supuesta ausencia de capacidades de evacuación».

Mizíntsev afirma que las tropas ucranianas y el batallón de Azov que aún resisten en la fábrica, «conscientes de la desesperanza de su situación, están listos para deponer las armas, pero solo por orden de Kiev, porque en ausencia de ésta, les esperaría un tribunal militar».