Uno de los combatientes refugiados bajo la planta del puerto de Mariúpol. | Twitter: @ng_ukraine

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Tal y como subraya el gobierno ucraniano en una reciente publicación en las redes sociales, «la guerra no solo cambia las caras, también las almas». El peso del conflicto bélico en la mirada de estas personas habla por sí mismo. Todas ellas son miembros del batallón Azov refugiados bajo la planta Azovstal, en Mariúpol.

El llamamiento a la comunidad internacional para que ayude a salvar las vidas de las personas refugiadas bajo la inmensa planta siderúrgica del principal puerto ucraniano del mar de Azov se produce coincidiendo con una contraofensiva de las fuerzas de Ucrania en otros puntos del país como el noreste, algo que podría señalar un cambio en el impulso de la guerra y poner en peligro el principal avance de Rusia.

La posibilidad de cortar las líneas de suministro haría retroceder a las fuerzas rusas, según destacan los responsables de comunicación del ejército ucraniano. Ese incipiente cambio de signo de la ofensiva de Vladímir Putin en el país vecino contrasta duramente con las informaciones que llegan desde Mariúpol, el principal enclave estratégico que a estas alturas persiste en manos rusas.

En el sur, las fuerzas rusas volvieron a bombardear este martes la planta siderúrgica de Azovstal, en Mariúpol, tratando de capturar el último bastión de la resistencia ucraniana en la ciudad en ruinas, una ciudad que en un tiempo no muy lejano albergó a medio millón de personas y donde Ucrania dice que decenas de miles de personas han muerto tras dos meses de asedio y bombardeo ruso.

Decenas de civiles fueron evacuados de la acería en los últimos días, pero un ayudante del alcalde de Mariúpol, Petro Andryushchenko, ha apuntado en las últimas horas que al menos 100 seguían dentro. Mientras Rusia ha acusado en distintas ocasiones a los miembros del batallón Azov de «nazis extremistas» y de usar a los civiles como escudos humanos, Ucrania ha lamentado que el Kremlin bloquee toda opción de rescatar a estas personas con vida.

El regimiento ucraniano Azov, que resiste en Azovstal, dijo en la aplicación de mensajería Telegram que en las últimas 24 horas hasta un total de 34 aviones rusos sobrevolaron la planta, incluyendo ocho salidas de bombarderos estratégicos. En las últimas fechas el lugar fue atacado por la marina rusa y por tanques, artillería y cohetes. Las fuerzas chechenas de Ramzán Kadyrov han apoyado desde el inicio de la invasión a las fuerzas rusas y prorrusas del Donbás, en su intento de conquistar Mariúpol.