Un Ranger de Texas recibe un abrazo en el exterior del centro al que fueron llevados los estudiantes después del ataque violento contra el centro escolar. | Reuters

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El ataque armado en un colegio de primaria de la localidad texana de Uvalde (Estados Unidos) es el tercer tiroteo en un centro escolar más mortífero de la última década, después del ocurrido en 2012 en la escuela de Sandy Hook en Newton (Connecticut), donde 26 personas murieron, y el de 2018 en el instituto secundaria Marjory Stoneman Douglas de Parkland (Florida), donde hubo 17 fallecidos.

Según ha informado la CNN, en base a datos de Gun Violence Archive, en 2021 se tocó techo con respecto a los últimos años en cuanto a tiroteos masivos en Estados Unidos, con 693 incidentes de este tipo. En lo que llevamos de 2022 esta misma fuente cuantifica 212.

El número de menores fallecidos este martes durante el tiroteo roza la veintena, según fuentes oficiales, y se produjo tras la irrupción de un joven de 18 años en la escuela, donde abrió fuego contra sus víctimas. Más tarde, el atacante fue abatido por la policía. Existe una fuerte conmoción en Estados Unidos por esta jornada sangrienta, y al respecto el presidente Joe Biden ha llamado a plantar cara «al lobby de las armas», un sector muy intrincado en algunas zonas del país, especialmente el oeste y el sur.

Las reacciones a la masacre en el colegio de Uvalde han llegado desde todos lados. En este sentido, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha enviado su cariño a las víctimas y sus familiares, y se ha mostrado «conmocionado» por lo sucedido. El papa Francisco, a su vez, ha condenado el tiroteo en el colegio de primaria en Texas y ha sentenciado: «Es hora de decir basta al comercio indiscriminado de armas».