Familiares palestinos de Yousef Salah lloran durante su funeral en la ciudad cisjordana de Jenín. Al parecer, los soldados israelíes respondieron al fuego palestino. | Reuters

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Nueva jornada sangrienta en Palestina donde los militares israelíes han matado este viernes a tres palestinos en la Cisjordania ocupada, en lo que Israel describió como una acción para frustrar un ataque terrorista, mientras que la autoridad palestina lo considera un intento de prender la mecha de la violencia y así obstaculizar la visita del presidente estadounidense, Joe Biden, el próximo mes de julio. Se trata del incidente violento más reciente en Jenín, objetivo de intensas redadas militares en las últimas horas y semanas, después de que varios hombres de este enclave llevaran a cabo varios ataques mortales en las calles de Israel.

Así el ejército israelí apunta que las tropas que operaban en dos zonas de la mencionada ciudad cisjordana para confiscar armas durante la noche fueron atacadas, incluso desde un automóvil, y dispararon como respuesta a esos ataques, alcanzando a varios hombres armados y dejando a una quincena de personas heridas, según fuentes del gobierno palestino. «Se frustró la acción de un escuadrón terrorista», aseguró en una intervención pública el jefe de las fuerzas armadas, el teniente general Aviv Kohavi. Mientras tanto un grupo militante local con miembros de la facción palestina Yihad Islámica reclamó a los muertos como militantes suyos, y los calificó de «mártires mientras cumplían con su deber sagrado al enfrentarse a las fuerzas de ocupación que asaltaron Jenín». El principal grupo de resistencia islámica en Palestina, Hamás, ha identificado a uno de los muertos como combatiente.

Hay que tener en cuenta que gran parte de la población de Jenín, la tercera ciudad en importancia de Cisjordania, descienden de refugiados de la guerra de 1948 a la que dio pie la fundación de Israel, y en este sentido la hostilidad hacia el estado vecino y sus crecientes asentamientos en Cisjordania sigue siendo importante entre la población local. A pesar de ser un importante centro agrícola, la ciudad está plagada de pobreza y sufre los rigores de tener al frente a un gobierno débil y sin capacidad real de maniobra.

En este sentido, está previsto que durante la visita de Biden del 13 al 16 de julio, el mandatario americano se reunirá con los líderes israelíes y palestinos «para reiterar su firme apoyo a una solución de dos Estados, con medidas equitativas de seguridad, libertad y oportunidades para el pueblo palestino», según comunicó en su día la Casa Blanca. Estas conversaciones sobre un estado palestino viable colapsaron en 2014 y no muestran claros signos de reactivación.

El primer ministro israelí, Naftali Bennett, rechaza la soberanía de los palestinos y, en cambio, ofrece cooperación económica. La Yihad Islámica y Hamás proponen la resistencia armada a la ocupación y la destrucción de Israel con el fin último de recuperar la soberanía perdida tras años de expolio y marginación. Así, la oficina del presidente palestino Mahmoud Abbas acusó a Israel de que este «asesinato» de pistoleros podría provocar una escalada. La acción de Israel «se produce antes de la visita del presidente estadounidense Joe Biden a la región, en un intento por evitar cualquier compromiso político», dijo la oficina de Abbas en un comunicado.