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La OTAN nació en 1949 como contrapeso a la Unión Soviética, pero con el tiempo la Alianza ha ampliado su foco en lo que a amenazas se refiere para incluir otras nuevas. China ha estado durante décadas lejos del radar de los aliados, al no constituir una amenaza militar directa, pero ahora por primera vez se espera que se la incluya en el Concepto Estratégico que saldrá de la cumbre de Madrid.

Fue precisamente el actual secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, el que puso sobre la mesa la cuestión. En la cumbre de líderes de la Alianza en Londres en diciembre de 2019, planteó que había que "abordar el hecho de que China se nos está acercando". "Les vemos en África, en el Ártico, invirtiendo en infraestructura en Europa y también en el ciberespacio", acotó.

Como resultado de ello, en la declaración conjunta al término de aquella cumbre se mencionó por primera vez al gigante asiático para constatar que "la creciente influencia y política internacional de China representan tanto oportunidades como desafíos que tenemos que abordar juntos como Alianza".

En el comunicado al término de la cumbre de junio de 2021 en Bruselas, los líderes aliados abundaron en esta idea. Así, expresaron su preocupación por las "ambiciones declaradas y la conducta asertiva" de Pekín y que constituye "desafíos sistémicos al orden internacional basado en reglas".

Igualmente, constataron que el gigante asiático cuenta con un creciente arsenal nuclear e incidieron la "opacidad" con la que está llevando a cabo la modernización de sus fuerzas armadas, además de su cooperación en materia militar con Rusia.

Por otra parte, los líderes de la Alianza reconocieron su preocupación por "la frecuente falta de transparencia y el uso de desinformación" por parte de China, al tiempo que manifestaron su voluntad de "mantener un diálogo constructivo donde sea posible".

Inclusión en el Concepto Estratégico

Con ello, ponían negro sobre blanco las principales preocupaciones que plantea para la Alianza actualmente China y que el país no planteaba cuando se creó la organización en 1949 y daban pie a que ahora se le incluya en el Concepto Estratégico, documento en el que los aliados identifican las amenazas a las que se hacen frente y dibujan las estrategias para afrontarlas.

Esta misma semana, Stoltenberg recordaba que en el Concepto de Lisboa, acordado en 2010 y que vendrá a ser reemplazado por el Concepto de Madrid -el octavo en la historia de la Alianza- no se mencionaba a China y llamaba la atención sobre lo mucho que ha cambiado el contexto internacional desde entonces, sobre todo tras la invasión rusa de Ucrania.

Entonces, destacó Stoltenberg -presente en la cumbre como primer ministro noruego- asistió el primer ministro ruso, Dimitri Medvedev, y se hizo referencia a Rusia como "socio estratégico", algo que no se mantendrá en el nuevo documento puesto que "ahora tenemos guerra en Europa" y entonces había paz.

En aquella cumbre, "no mencionamos a China ni una sola vez", resaltó Stoltenberg, "convencido" de que en el Concepto Estratégico que se aprobará en Madrid "abordaremos las consecuencias de seguridad de China". "No nos referiremos a China como adversario pero tendremos en cuenta que esto también es importante para nuestra seguridad", valoró.

Habrá que esperar a que se cierre el texto para conocer el alcance de lo que en él se dice sobre China, país que no siempre genera unanimidad entre los aliados por la influencia que tiene en algunos de ellos. Además, dado que los miembros de la OTAN se han esforzado en estos meses por evitar que Pekín apoye militarmente a Moscú en el conflicto en Ucrania, seguramente intentarán no soliviantar al presidente chino, Xi Jinping, y empujarle en brazos de Vladimir Putin.

Con todo, como ya advertía Stoltenberg en 2019, la presencia china en el entorno de la OTAN y en su radio de actuación es cada vez mayor, empezando por el llamado flaco sur, al que el Gobierno español quiere que se preste atención por las amenazas que emanan de esta zona, sobre todo del Sahel, y cuya inclusión en el Concepto Estratégico ya habría logrado.

En África, el gigante asiático ha incrementado su presencia, sobre todo en el plano económico, como también lo ha hecho en el Ártico a través de sus inversiones en países como Islandia, Suecia, Noruega y Finlandia en virtud de la llamada 'Ruta Polar de la Seda'. En Europa, China ha invertido sobre todo en infraestructuras -principalmente puertos- y también en telecomunicaciones -la red 5G-, lo cual se considera que podría debilitar la capacidad de respuesta de la OTAN.

Interés de EE UU en el Indo-Pacífico

No obstante, lo que sin duda ha llevado a la Alianza a mirar también a lo que es su flanco oeste ha sido la creciente asertividad china en la región del Indo-Pacífico y que ha provocado que en los últimos años, en especial tras la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca, Estados Unidos centrase más su atención en esta parte del mundo.

El que Washington mirara más hacia el oeste de su territorio que hacia el este había generado preocupación entre los aliados, toda vez que la defensa de Europa depende en gran medida de las capacidades militares estadounidenses apostadas en su territorio y había temor a que estos medios pudieran trasladarse hacia el Indo-Pacífico.

La invasión de Ucrania ha vuelto a poner el foco en Europa y en la necesidad de proteger al continente de la amenaza rusa, cuestión que preocupa sobre todo a los aliados que comparten frontera con este país, pero los expertos coinciden en que la OTAN no puede ignorar la amenaza que llega desde China, y más dada la cercanía de Pekín con Moscú, así como su papel en lo que se denomina las nuevas amenazas, como el ciberespacio e incluso el espacio.