Familias esperando para subir a un tren en la estación de Pokrovsk, la única vía de salida por tren hacia el resto de Ucrania desde el Donbás. | Efe

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El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, aseguró tras la caída de Lisichansk, el último bastión ucraniano en la región oriental de Lugansk, que su país «no renuncia a nada» y que regresará a las zonas ahora en manos de los rusos. Además, al menos 9 civiles han muerto y otros 25 ha resultado heridos en los bombardeos rusos de las últimas horas sobre diversos puntos de la región de Donetsk, en el este de Ucrania.

En un vídeo publicado en su página web, Zelenski se refiere a la retirada de sus tropas de Lisichansk tras el asedio ruso que ha permitido a las fuerzas invasoras hacerse con el control de prácticamente todo la franja este de Ucrania. «Ucrania no renuncia a nada. Y cuando alguien allá en Moscú informe algo sobre la región de Lugansk, que recuerde sus informes y promesas antes del 24 de febrero, en los primeros días de esta invasión, en la primavera y ahora», dijo Zelenski en referencia al tiempo que los rusos han empleado en hacerse con la región, casi cuatro meses. «Que evalúen realmente lo que obtuvieron durante este tiempo y cuánto pagaron por ello. Porque -agregó- sus informes actuales se convertirán en polvo al igual que los anteriores».

El ejército ucraniano está «avanzando gradualmente en la región de Járkov, en la región de Jersón (parcialmente tomada por los rusos) y en el mar: (las islas) Zmiinyi es un buen ejemplo de esto. Llegará un día en que diremos lo mismo de Donbás», subrayó el presidente. El jefe de la administración Militar Regional de Donetsk, Pavlo Kyrylenko, dijo en una publicación en la plataforma Telegram que entre los muertos por esos bombardeos se encuentran dos niños. «Los rusos mataron a nueve civiles en la región de Donetsk: seis en Sloviansk, uno en Avdiivka, uno en Bakhmut y uno en Zaitseve. Entre los asesinados había dos niños: uno en Sloviansk y otro en Zaitseve».

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«Otras 25 personas resultaron heridas», reza el mensaje. Según Kyrylenko, «actualmente es imposible determinar el número exacto de víctimas en Mariupol y Volnovakha» ambas ciudades ocupadas por los rusos y que forman parte también de esa región. Las tropas rusas lanzaron también este domingo un ataque masivo sobre la ciudad de Sloviansk, uno de los principales enclaves de Donetsk, donde se produjeron hasta 15 incendios en diversos puntos de la ciudad, según las fuentes.

Más de 10.000 residentes de la ocupada ciudad marítima de Mariúpol se encuentran actualmente en «prisiones» controladas por la autoproclamada República Popular de Donetsk (RPD), cuyas autoridades prorrusas han sustituido a las ucranianas. Estos datos fueron proporcionados la pasada noche en Telegram por el ayuntamiento de Mariúpol, cuyos ediles se encuentran en el exilio, y recogidos este lunes por las agencias locales ucranianas. «Residentes civiles pacíficos fueron detenidos por los ocupantes (rusos) y enviados a lugares de privación de libertad. Se sabe de varias prisiones de este tipo: dos en Olenivka, un centro de detención preventiva de (la región de) Donetsk y una en Makiyivka», aseguraron las fuentes.

«Las personas se encuentran en condiciones terribles e inhumanas, como en un campo de concentración. Están encerrados en celdas estrechas de 2 por 3 metros para 10 personas», precisó el ayuntamiento. Los actuales «residentes de Mariúpol casi no reciben agua ni alimentos. No les dejan salir (de la ciudad). No tienen acceso a la atención médica normal y son sometidos a diversas formas de tortura, tanto física como psicológica», dijo el ayuntamiento en Telegram. El gobierno de Ucrania ha entregado hasta la fecha los cuerpos sin vida de más de 400 soldados rusos caídos en combate y Rusia «lo recoge en secreto», evitando hacerlo públicamente para que la población no lo vea, según Kiev.

Estos datos fueron ofrecidos por Iryna Vereshchuk, viceprimera ministra responsable de la reintegración de los territorios temporalmente ocupados de Ucrania, en el espacio conjunto de noticias que emiten las cadenas de televisión locales y que difunden las agencia del país. «Ya hemos devuelto más de 400 cuerpos... Definitivamente son muy pocos, porque sabemos que hay muchos más», explicó la responsable gubernamental. Rusia «no quiere que sus ciudadanos vean que se entregan grandes cantidades de cuerpos. Entienden lo explosivo que sería esto», así que «lo están haciendo casi en secreto, no públicamente, y están tratando de no entregarnos ningún cuerpo a nosotros», precisó.