Anonymous puso de moda hace años el hacktivismo. Hoy otros piratas muestran connivencia con el objetivo impuesto por el líder ruso. | Pexels

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Contribuir a «desnazificar» Ucrania en la medida de sus posibilidades, que son muchas. Ese es el objetivo de RaHDit en la nomenclatura puesta de moda por el propio Vladímir Putin cuando el pasado 24 de febrero anunció al mundo que pasaba a la acción con una invasión a gran escala del país vecino. En las últimas horas hemos conocido que el grupúsculo de hackers que apoyan el objetivo lanzado por Putin había obtenido los primeros frutos de su trabajo silente y especializado con la identificación de cerca de mil colaboradores de la inteligencia ucraniana. Pero qué es RaHDit y qué podemos esperar de ellos.

De Anonymous sabemos por sus palabras que son legión, y que no perdonan ni olvidan. «Espéranos» era el lema de esta suerte de organización internauta que puso de moda el hacktivismo, y que en cierto modo representa la antítesis de RaHDit. En su web Nemesis, los hackers rusos han publicado los nombres de entre 700 y mil agentes del Servicio de Seguridad de Ucrania (SBU, por sus siglas en inglés). «Han enseñado sus fotos, tienen sus nombres e incluso los de los agentes ucranianos en Polonia, Hungría, Bulgaria y Eslovaquia. ¿Y mientras tanto qué hace Anonymous?» se preguntan en foros de discusión especializados en el asunto de la ciberseguridad y sus implicaciones en la guerra híbrida moderna.

«Creemos que la inteligencia militar ucraniana está directamente involucrada en el desarrollo del nacionalismo y sus saboteadores amenazan a nuestro país» expresó RaHDit en su canal de Telegram cuando anunció la publicación del listado. Algunas fuentes afirman que las actividades de la inteligencia ucraniana se han desarrollado con ayuda de funcionarios de la CIA estadounidense, y otras agencias de inteligencia occidentales. No es algo nuevo, y en todo momento Rusia ha denunciado la presencia de agentes extranjeros colaborando sobre el terreno con los ucranianos para repeler la ofensiva de Putin.

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Sin embargo, en Rusia no se han quedado de brazos cruzados. «Los RaHDit se definen como un grupo de voluntarios de expertos en IT que utilizan sus habilidades de piratería para apoyar la guerra de Rusia en Ucrania movidos por un sentimiento de indignación. Hay otros, como KillNet y XakNet, autoproclamados grupos de hackers patrióticos rusos que aparecieron durante la invasión de Ucrania. Todavía se desconoce mucho de los grados de afiliación de los mismos con la administración rusa», expresan fuentes conocedoras del asunto.

Además de lanzar a la luz pública la información personal de supuestos espías a favor de la causa ucraniana los mismos hackers de RaHDIt han redoblado sus actividades. En este sentido, han asegurado que los hackers de Ucrania, a su vez, están involucrados en la organización de revueltas y manifestaciones recientemente en Uzbekistán, país centroasiático de la antigua esfera soviética donde se han producido decenas de muertos en la represión de protestas civiles, respecto a las cuales la Unión Europea (UE) ha pedido formalmente una investigación independiente, y el Kremlin ha confiado en la pronta solución de este asunto interno por parte del gobierno de un país amigo como este.

Cabe recordar que, tal y como han señalado en las últimas fechas voces autorizadas del Instituto de Ciberseguridad (INCIBE), la guerra en Ucrania ha disparado las amenazas de seguridad digital, algo que tanto las empresas como los ciudadanos han percibido a todos los niveles y en su día a día en los últimos meses. No obstante, los expertos en ciberseguridad han identificado a Polonia como el objetivo prioritario de los piratas informáticos rusos. Precisamente los polacos son de los voluntarios más numerosos que han acudido al frente de Ucrania para tomar partido en la guerra de Putin. Por su parte RaHDIt toma partido desde lo profundo de la deep web, donde sus actividades pasan más desapercibidas. Allí se refugian y han compartido para todo el mundo fotografías, números de teléfono e incluso direcciones, aficiones y preferencias personales de los agentes del SBU. También de la actividad de las embajadas ucranianas en Rusia, India, Austria, Vietnam, Sudáfrica, Italia, Turquía e Irán, provocando un serio contratiempo a su oponente.