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Desde que el pasado mes de febrero la Rusia de Putin decidiera invadir ucrania, los oligarcas rusos, protegidos bajo el ala del régimen de Moscú, se han visto sancionados por occidente.

Pero no todos los multimillonarios rusos se unen a las tesis expansionistas del líder ruso. Boris Mints, multimillonario de 64 años y residente en Londres, es uno de los pocos que se atreve a enfrentarse a Putin.

En declaraciones a la BBC, Mints dice que todos los grandes empresarios rusos no alzan la voz porque "todos tienen miedo". "Cualquier persona que critique abiertamente a Putin tiene motivos para preocuparse por su seguridad personal", dijo.

Pero este millonario, que se hizo rico con la empresa de inversión O1 Group que fundó en 2003 y vendió en 2018, afirma que "no tengo intención de vivir en un refugio antiaéreo como hace Putin".

Según Mints, en Rusia la "manera habitual" de castigar a un empresario por su "intolerancia" hacia el régimen era "abrir un caso penal fabricado contra su negocio". "Tales casos penales afectarán no solo a los propios dueños de negocios, sino también a sus familias y empleados", dice.

"Cualquier líder empresarial independiente es visto como una amenaza porque podría financiar la oposición o avivar las protestas. Por eso, son vistos como enemigos de Putin y, por lo tanto, como enemigos del estado", asegura.

Ya en 2014, Mints se pronunció públicamente por primera vez en contra de las políticas del presidente Putin tras la anexión de Crimea por parte de Rusia. Un año después decidió dejar el país "en el contexto de una creciente represión contra la oposición política".

En 2017, O1 Group, "se encontró en un conflicto abierto contra el Banco Central de Rusia". "Cuando empiezan a pasar cosas como esta es una señal clara de que uno debe salir del país de inmediato", dice Mints.

Para el millonario afincado en Londres, la guerra actual es "el evento más trágico en la historia reciente, no solo de Ucrania y Rusia, sino a nivel mundial". "Esta guerra es el resultado de la locura y el hambre de poder de una sola persona, Vladimir Putin, apoyada por su círculo íntimo", dice.

Mints, que no ha sido sancionado por Reino Unido, dice que "no todos los empresarios rusos son pro-Putin, y tampoco todos los rusos ricos son oligarcas". "En Rusia, el término significa un líder empresarial que está muy conectado con Putin y la mayor parte de su riqueza, o las ganancias de sus negocios, dependen de la cooperación con el estado ruso", concluye.