Una nevera casi vacía en una casa de Londres. A partir de octubre el consumidor medio británico afrontará una considerable subida del precio de la luz. | Reuters

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El alza exponencial del precio anual de la energía que se cobrará a los hogares en el Reino Unido -del 80 %-, agrava la crisis del coste de vida en el país, donde diferentes sectores han ido a la huelga en reclamo de mejoras salariales para afrontar una situación cada vez más insostenible. El regulador del sector energético británico, Ofgem, anunció que el precio máximo que las compañías de energía podrán cobrar a los hogares al año a partir del 1 de octubre ha sido fijado en 3.549 libras (4.202 euros), frente al actual de 1.971 libras (2.325 euros).

El alza energética responde al aumento de los precios mayoristas del gas a nivel global al reactivarse las economías tras la pandemia y también por la guerra en Ucrania. La nueva tarifa, que volverá a revisarse a finales de año, se conoce en medio de un aparente vacío de poder a la espera de conocerse, el 5 de septiembre, el nombre del sucesor del primer ministro, Boris Johnson, quien comunicó su dimisión el pasado julio.

El Ejecutivo conservador se niega a tomar medidas para atajar esta crisis y recalca que será el nuevo líder conservador y «premier» -Liz Truss o Rishi Sunak- el encargado de hacerlo una vez que asuma el poder este 6 de septiembre. Mientras tanto, el ministro de Economía, Nadhim Zahawi, reconoció que el alza provocará «estrés y ansiedad» en la gente, pero recalcó que «la ayuda está de camino», en referencia a las medidas que puede anunciar el nuevo inquilino del 10 de Downing Street.

Se espera que el ascenso del precio de la energía dispare aún más la inflación interanual británica, que se sitúa en el 10,1 % pero que podría llegar al 13 % o más a finales de año. Para intentar frenar la inflación, el Banco de Inglaterra aumentó recientemente los tipos de interés del 1,25 % al 1,75 %, aunque todo indica que la entidad los subirá aún más.

El consejero delegado de Ofgem, Jonathan Brearley, urgió al próximo primer ministro -Liz Truss o Rishi Sunak- que adopte «una respuesta urgente ante el continuo aumento de los precios». «Sabemos el enorme impacto que este aumento de precio máximo tendrá en los hogares del Reino Unido y las decisiones difíciles que los consumidores tendrán que tomar ahora. Hablo con los clientes regularmente y sé que las noticias de hoy serán muy preocupantes para muchos», agregó el directivo a los medios.

«El precio de la energía ha alcanzado niveles récord impulsados por un acto económico agresivo del Estado ruso. Ha cortado lenta y deliberadamente el suministro de gas a Europa causando daños a nuestros hogares, empresas y la economía en general. Ofgem no tiene más remedio que reflejar estos incrementos de costes en el precio máximo», subrayó el responsable de Ofgem.

El Reino Unido afronta lo que ya los medios llaman el «verano del descontento», por la serie de huelgas que han secundado trabajadores de distintos sectores, entre ellas la de hoy de Correos británicos, de estibadores o de los trabajadores ferroviarios, así como las de empleados municipales que recogen la basura en Escocia. Trabajadores del Royal Mail, la antigua empresa estatal de Correos, secundan el primero de varios paros programados en protesta por sus condiciones salariales.

Miembros del sindicato Trabajadores de la Comunicación (CWU, por sus siglas en inglés) empezaron a manifestarse en el este de Londres, junto a unas oficinas de Correos, donde han ondeado banderas y exhibido pancartas de rechazo. La portavoz laborista de Economía (en la oposición), Rachel Reeves, urgió al Ejecutivo, en unas declaraciones a la BBC, a que «actúe» para proteger a la gente de los incrementos de precios y le pidió que «congele» el aumento de la energía anunciado. En ese mismo sentido se refirió la ministra principal de Escocia, Nicola Sturgeon, que se mostró a favor de cancelar el aumento y pidió, en su cuenta de Twitter, que el Gobierno y las empresas de energía acuerden un «paquete para financiar la congelación».