Azeríes lloran en la tumba del soldado Sabuhi Ahmadov, durante los funerales de los militares muertos en los últimos enfrentamientos con las tropas armenias. | Reuters

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Las últimas horas han llegado cargadas de tensión en la frontera entre Armenia y Azerbaiyán, un punto conflictivo donde en ocasiones se han dado enfrentamientos armados de entidad como los que han causado más de un centenar de muertos e incluso mayores en las últimas décadas. Cuál es el origen de la disputa territorial entre estas dos repúblicas exsoviéticas, en la que algunas miradas ven la traslación sobre el terreno del choque de intereses que recientemente se ha expresado en Ucrania con una guerra que pocos vaticinaban hace ahora un año.

El conflicto entre Armenia y Azerbaiyán se basa en una localización discutida y discutible, Nagorno-Karabaj. La región pertenece a Azerbaiyán en base a las fronteras internacionales establecidas y las directrices del Derecho Internacional. Sin embargo, la dificultad reside en la composición de su población, étnicamente de mayoría armenia, por lo que las reivindicaciones de este país sobre su control han sido recurrentes desde la desintegración del bloque soviético.

Tal y como recuerdan los expertos en política internacional, las escaladas de tensión por Nagorno-Karabaj han producido dos guerras a gran escala en las décadas finales del siglo XX y otra de una duración menor entre los meses de septiembre y noviembre de 2020. Esta vez los choques han empezado con drones, morteros y artillería, causando más de un centenar de víctimas según las fuentes oficiales.

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Este hecho ha movido a los líderes políticos de la región. De este modo Armenia ha invocado los tratados de amistad y ha buscado la ayuda militar de Rusia en estos nuevos enfrentamientos con Azerbaiyán, una ayuda que no parece muy dispuesta a ofrecer Moscú estando como lo está retrocediendo en sus posiciones en Ucrania. El Kremlin ha mediado entre Yereván y Bakú, y el resultado ha sido un alto el fuego que en realidad ha sido papel mojado, con cruce de acusaciones de ambas partes.

Asimismo Azerbaiyán hace tiempo que muestra una cierta cercanía estratégica al bloque occidental, algo que se ampara también en sus vínculos con Turquía. De hecho Ankara ya ha culpado públicamente a Armenia de lo que suceda en una zona altamente inestable como esta. Hace un tiempo el propio secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, reconoció la «estrecha cooperación con Azerbaiyán desde hace muchos años. En la actualidad, la cooperación abarca muchos ámbitos, desde el desarrollo de competencias hasta la seguridad energética» recogía la agencia de noticias estatal AZERTAC.

Por ejemplo, la contribución de Azerbaiyán a los intereses occidentales fue destacada hace ahora un año, cuando tuvo que evacuarse a toda prisa a personal y funcionarios afganos del aeropuerto de Kabul ante el fulgurante ascenso al poder de los talibán y el temor más que fundado a las represalias. No obstante, la estrategia de seguridad global de la OTAN en el Cáucaso sur pasa por una estrecha colaboración tanto con Armenia como con Azerbaiyán, e instan a ambas partes al mutuo entendimiento y reconocimiento, algo que en estos momentos se plantea harto complicado. Finalmente cabe significar que Armenia es miembro fundador de la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC), la alianza militar que Rusia ha erigido a su alrededor desde 1994, y en la que también se integraba Azerbaiyán hasta que decidió abandonarla en 1999 junto con Georgia.