Relativa tranquilidad en los alrededores de la Catedral de San Basilio y la Plaza Roja en el centro de Moscú. | Reuters

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La incertidumbre es importante en Rusia, donde 300.000 ciudadanos serán llamados a filas en el marco de la movilización parcial que este miércoles ha decretado su presidente, Vladímir Putin. En esta jornada de transistores y de usuarios pegados a la televisión y las redes sociales empiezan a conocerse detalles de lo que implica la decisión del Kremlin, para algunos un punto de no retorno en su actual deriva belicista en Ucrania.

El Kremlin no ha aclarado si la movilización parcial anunciada este miércoles por Putin implica también una prohibición de salida del país para los potenciales reservistas. «No puedo responder a esta pregunta por ahora», ha señalado el portavoz de la Presidencia, Dimitri Peskov, durante unas declaraciones a los medios en las que ha prometido que habrá más «explicaciones» en el futuro.

Según fuentes oficiales, los reservistas podrían ser legalmente desplegados en Donbás y los territorios ocupados en el sur de Ucrania si el Kremlin acepta su ingreso en Rusia tras los referendos de integración previstos para estos días, unas consultas que ni Ucrania ni la comunidad internacional apoyan. Asimismo, recientemente la Duma enmendó el código penal para endurecer las penas de cárcel para los soldados por rendición y deserción sin justificación en caso de movilización o ley marcial. Las penas podrían sumar hasta diez años de prisión en estos supuestos.

Además, en base a estos cambios normativos, el incumplimiento de órdenes directas de un superior para participar en acciones militares o de combate también pueden ser castigadas con hasta diez años de cárcel. Los movilizados podrán tan solo abandonar el servicio por motivos de salud, si alcanzan la edad máxima para servir en el ejército o en caso de que un tribunal civil ordene su encarcelamiento. Para este miércoles corren convocatorias de protesta en ciudades rusas, concentraciones que de darse se da por descontado que cuenten con una severa represión.

Tal como hiciese Putin horas antes, Peskov ha justificado esta medida excepcional, por las amenazas que supuestamente sufre Rusia desde el exterior, informa la agencia Interfax. También ha denunciado los ataques lanzados desde territorio ucraniano. La movilización precede a los referéndums que arrancarán el viernes en varias regiones del este de Ucrania controladas total o parcialmente por las fuerzas rusas.