El gigante asiático prosigue con su estrategia de tolerancia cero. | Europa Press

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El ciudad de Zhengzhou, en el este de China, se suma a las crecientes restricciones que está imponiendo el gigante asiático ante los brotes de COVID-19. Casi un millón de residentes del distrito Zhongyuan -uno de los más poblados de la ciudad- han recibido la orden de permanecer en casa a partir de este lunes, excepto en los momentos en los que tengan que someterse a pruebas de coronavirus, y los negocios no esenciales quedarán cerrados, según los medios locales.

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En esta ciudad, se encuentra el centro de fabricación de iPhone, por lo que la situación en la región amenaza de nuevo con interrumpir su producción en el marco de la política 'Covid Cero' del presidente Xi Jinping. China se aferra a los pilares de Covid Zero, que consisten en cierres y pruebas masivas, para controlar su mayor brote en dos meses, a pesar del elevado coste. Esta política ha frenado el crecimiento de la segunda economía del mundo y ha perturbado las cadenas de suministro mundiales, ya que importantes centros de fabricación -desde automóviles hasta teléfonos y árboles de Navidad- se enfrentan a la interrupción de los cierres y las reaperturas, informa Bloomberg.

La ampliación de las restricciones sorprende a los vecinos, ya que las autoridades en días anteriores dijeron que no habría un cierre total en la ciudad. «Se solicita a los residentes y al personal que viene (regresa) a Zheng que cumplan conscientemente las normas sobre prevención y control de epidemias, obedezcan los requisitos del trabajo y aborden con seriedad las violaciones de las normas que causan la transmisión de riesgos de acuerdo con los reglamentos», reza el comunicado de las autoridades.