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"El Muro lo ha soportado todo. Y cada invierno que ha llegado ha terminado". Quien haya visto Juego de Tronos seguramente recuerde esa frase del Archimaestre Ebrose. Y el invierno está llegando a Ucrania con la invasión rusa camino de cumplir nueve meses mientras las tropas de Zelenski y los ciudadanos solo piensan ahora mismo en una cosa: soportarlo todo. Resistir. El frío acecha y las ciudades de Kiev y de Jersón se han convertido en los puntos débiles, quedándose ambos casi a oscuras cuando más se necesita la luz. Al otro lado del teléfono, en Washington ya dejan caer que Volodimir Zelenski debería abrirse a negociar con Putin.

La capital, que pasó de ser el primer objetivo respirar una tensa calma y después a rememorar los ataques de las primeras semanas, ya está totalmente en alerta. "Pido a todo el mundo que comience a acumular agua potable, fuentes de alimentación (de energía), comida y ropa de protección", imploró el alcalde de Kiev, Vitali Klitschko, después de que en las últimas noches se alcanzasen temperaturas bajo cero. Y es que Rusia sigue insistiendo en debilita a Ucrania por el lado de los suministros: ni luz, ni agua, ni gas. Una batalla a oscuras consciente el Kremlin de que sobre el terreno no solo no está avanzando, sino que hay zonas en las que retrocede más y más con el paso de los días.

"En caso de que haya heladas fuertes y no haya suministro de agua caliente, para que las tuberías no se rompan y el sistema no deje de funcionar, hemos preparado un plan para vaciar el drenaje de agua del sistema", insistió Klitschko, mientras varios medios internacionales hablan además de que hay diseñados diferentes planes de evacuación para los tres millones de habitantes de la capital si el corte de suministro es total, algo que ahora para nada resulta descartable.

Una chincheta en el mapa que Putin tiene delante está en Kiev, pero otra está clavada sobre la región de Jersón. Allí la situación es todavía más delicada. Es una de las zonas anexionadas ilegalmente por Moscú y la evacuación de sus ciudadanos de hecho está llevándose a cabo de la mano de las autoridades prorrusas. El Kremlin, en ese escenario, ha acusado a Ucrania de dejar sin electricidad ni agua tanto a la ciudad principal como a otras localidades contiguas. Rusia habla de "equipos de reconocimiento y sabotaje ucranianos" que han destruido "líneas eléctricas de alto voltaje".

Jersón era uno de los enclaves en los que además las tropas de Kiev habían estado avanzando -más lentamente que al principio de la contraofensiva- en las últimas semanas. El objetivo planteado por los prorrusos es entonces que los civiles puedan abandonar la ciudad atravesando el río Dniéper hasta su orilla izquierda. El discurso ruso mantiene que Ucrania ha intensificado sus ataques también sobre la infraestructura energética y que además cuenta con tanques y vehículos blindados a la entrada de las principales localidades. Con la llegada del frío y en algunos momentos de la nieve los expertos consideran, no obstante, que el cuerpo a cuerpo sobre el terreno se va a minimizar.

De las desconexiones a las conexiones: la central de Zaporiyia, que es uno de los objetivos más delicados de la invasión rusa, ha vuelto a conectarse a la red eléctrica después del apagón del pasado jueves, tal como ha confirmado el OIEA. "En repetidas ocasiones he pedido el establecimiento urgente de una zona de protección de seguridad y protección nuclear alrededor de la central nuclear para evitar un accidente nuclear. No podemos permitirnos perder más tiempo. Debemos actuar antes de que sea demasiado tarde", reclamó eso sí de nuevo su director, Rafael Grossi.

La fatiga sobre Ucrania es una realidad para algunos de nuestros socios

Con todo, la guerra se ha estancado definitivamente. Cronificado el conflicto, Estados Unidos podría haberle insinuado en privado a Volodimir Zelenski que se abra a negociar con Putin. Las condiciones del presidente ucraniano se han repetido casi hasta la saciedad: habría negociación con Rusia, pero no con la Rusia de Putin. La Casa Blanca quiere que rectifique, tal como ha publicado, The Washington Post. "La fatiga sobre Ucrania es una realidad para algunos de nuestros socios", ha reconocido al medio un responsable estadounidense bajo condición de anonimato. En cambio, desde EE UU reconocen que hasta ahora ninguna de las ofertas que ha puesto Moscú sobre la mesa "tienen credibilidad".

Otra de las figuras que ha mantenido una posición delicada desde el inicio de la invasión rusa de Ucrania es el presidente francés Emmanuel Macron, que en ningún momento ha cerrado la puerta a hablar con Vladimir Putin. Y esa línea telefónica sigue funcionando. Se ha conocido de hecho que en uno de los últimos contactos, el líder ruso le recordó a su homólogo francés a los ataques nucleares en Hiroshima y Nagasaki, según apuntó el Daily Mail. Esa mención, comentan en el Elíseo, preocupó a Macron. "Parecía una pista muy fuerte de que Putin podría detonar un arma nuclear táctica en el este de Ucrania, dejando intacta a Kiev. Esa parecía ser la idea central de sus comentarios", explicaron las fuentes citadas por el medio británico.

En el presente de la guerra hay muchísimos frentes abiertos, pero la mirada también está en el futuro. Así, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, informó este domingo a Volodimir Zelenski de que este martes presentará la propuesta de fondos por parte de la UE para la reconstrucción de Ucrania. Se calcula que el montante puede alcanzar los 18.000 millones de euros, aunque faltaría el visto bueno de los Estados miembros. Son, aclara el Ejecutivo comunitario, "préstamos a largo plazo en condiciones sumamente favorables, con los costes de interés cubiertos, que también contribuirán al programa de reformas de Ucrania en su camino a la incorporación del país a la Unión Europea".