Imagen del presidente ucraniano con sus soldados. | Reuters

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El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, ha realizado este lunes una visita sorpresa a la ciudad de Jersón (sur), recientemente recuperada por Kiev tras el repliegue llevado a cabo por Rusia ante los avances de las tropas ucranianas en la región, según ha informado la agencia ucraniana de noticias Ukrinform. La visita ha tenido lugar horas después de que el mandatario ucraniano afirmara que Ucrania «ya ha documentado más de 400 crímenes de guerra rusos» en Jersón y señalara que «se están encontrando los cuerpos de civiles y militares».

«En la región de Jersón, el Ejército ruso dejó detrás suyo las mismas atrocidades que en otras recgiones de nuestro país en las que pudo entrar», dijo. «Encontraremos y llevaremos ante la justicia a todos los asesinos, sin duda», manifestó, al tiempo que incidió en que las autoridades ucranianas «garantizarán la estabilización y la restauración de la ley y el orden en 226 localidades de la región de Jersón». «Estamos restaurando las comunicaciones, Internet y la televisión. Estamos haciendo todo lo posible para restaurar cuanto antes las capacidades técnicas normales para el suministro de electricidad y agua», destacó.

En este sentido, prometió que las autoridades «restaurarán los servicios de transporte y servicio postal» y resaltó que «está empezando la restauración del trabajo de la Policía y algunas compañías privadas», según recogió el portal Kyiv Post. «Se sentirá nuestra presencia», dijo, antes de advertir de que «la situación en la región de Jersón es aún muy peligrosa» por la existencia de minas antipersona.

«Pido a todos los residentes de Jersón que sean muy cuidadosos y que informen inmediatamente a los equipos de rescate sobre todos los objetos peligrosos. La detención de soldados y mercenarios rusos que fueron dejaron atrás en el territorio y la neutralización de saboteadores está también en marcha», remachó Zelenski. Las fuerzas de Ucrania recuperaron el 11 de noviembre el control de la ciudad de Jersón, tomada por Rusia el 2 de marzo, en medio de una retirada de las fuerzas rusas al otro lado del río Dniéper ante los avances logrados durante las últimas semanas por el Ejército de Ucrania en esta región.