La OMS publicará en 2023 una actualización de la lista de patógenos que podrían causar pandemias. | NIAID

TW
0

Unos 7,7 millones de muertes en 2019 se han asociado a infecciones bacterianas comunes, lo que las convierte en la segunda causa de mortalidad mundial tras la cardiopatía isquémica, indica un estudio publicado este lunes en The Lancet. La investigación estadounidense, financiada en parte por la Fundación Bill y Melinda Gates, ofrece la primera estimación global de mortalidad asociada con 33 patógenos bacterianos comunes y 11 de las principales infecciones derivadas, que pueden provocar la muerte por sepsis.

Los expertos de la universidad de Washington utilizaron datos de un estudio estadounidense (Global Burden of Disease) y otro británico (Global Research on Antimicrobial Resistance) para analizar el impacto de cada tipo de patógeno y la correspondiente infección en personas de todas las edades y sexos en 204 países y territorios. Los expertos determinaron que un 13,6 % de las muertes en el mundo en 2019 estuvieron vinculadas a los 33 patógenos, cinco de los cuales representaron más de la mitad de todos los fallecimientos ligados a bacterias (S. aureus, E. coli, S. pneumoniae, K. pneumoniae y P. aeruginosa).

El patógeno asociado con la mayor cantidad de muertes tanto en hombres como en mujeres a nivel mundial fue S. aureus, con 1,1 millones, seguido de E. coli (950.000), S. pneumoniae (820.000), K. pneumoniae (790.000) y Pseudomonas aeruginosa (559.000). Por edades, S. aureus se asoció con unas 940.000 muertes de mayores de 15 años, mientras que la mayoría de las de niños de 5 a 14 años fueron por Salmonella enterica serovar Typhi (49.000 muertes). En niños menores de 5 años, S. pneumoniae fue el patógeno más letal, con 225.000 muertes, y el más asociado con fallecimientos neonatales fue K. pneumoniae, con 124.000. Más del 75 % de las muertes bacterianas se debieron a tres síndromes: infecciones de las vías respiratorias inferiores (LRI, en inglés), infecciones del torrente sanguíneo (BSI) e infecciones peritoneales e intraabdominales (IAA), apunta el estudio.

De acuerdo con la investigación, la tasa de mortalidad asociada con infecciones bacterianas fue más alta en el África subsahariana (230 por 100.000 habitantes) y menor en las regiones de altos ingresos, especialmente Europa occidental y América del Norte (52 por 100.000). Más muertes se vincularon en 2019 con dos de los patógenos estudiados, S. aureus y E. coli, que con el VIH y el sida (unas 864.000) en 2019, dicen los autores. Sin embargo, la investigación del VIH recibió una dotación de 42.000 millones de dólares frente a 800 millones para el E. coli, lo que atribuyen en parte a la falta de datos hasta ahora del impacto global de estas infecciones. Por este motivo, los investigadores subrayan la necesidad de convertir la lucha contra la infección bacteriana en una prioridad de salud pública, con iniciativas como más laboratorios de diagnóstico, mejores medidas de control y la optimización del uso de antibióticos para combatir las enfermedades asociadas.

«Estos datos revelan por primera vez el alcance del desafío para la salud pública mundial que plantean las infecciones bacterianas», declara Christopher Murray, coautor del estudio y director del Instituto de Métricas y Evaluación de la Salud (IHME) de la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington. «Es de suma importancia poner estos resultados en el radar de las iniciativas de salud global a fin de poder realizar una inmersión más profunda en estos patógenos mortales y que se haga la inversión adecuada para reducir la cantidad de infecciones y muertes», concluye.