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El Tribunal Supremo de Reino Unido ha fallado este miércoles por unanimidad que el Parlamento de Escocia no puede celebrar un segundo referéndum de independencia sin autorización previa por parte de Westminster, una alternativa planteada por el Gobierno de Nicola Sturgeon para sortear los recurrentes recelos de Londres. El Supremo ha señalado en una nota publicada en su página web que «en ausencia de ninguna modificación a la definición sobre los asuntos reservados, el Parlamento escocés no tiene autoridad para legislar de cara a la celebración de un referéndum de independencia de Escocia». Así, ha indicado que el Parlamento escocés no tiene esta autoridad debido a que este proyecto estaría vinculado con el futuro de la unión en Reino Unido, un asunto reservado a Westminster. En este sentido, el presidente del tribunal, Robert Reed, ha argumentado que las leyes que derivaron en la creación en 1999 el Parlamento escocés no le conceden competencias sobre áreas de la Constitución, incluida la unión entre Escocia e Inglaterra, que quedan reservadas al órgano legislativo británico.

Por ello, ha subrayado que, en ausencia de un acuerdo entre ambos gobiernos, el Parlamento escocés no tiene autoridad para legislar sobre la celebración de un referéndum, al tiempo que ha rechazado el argumento del gobierno escocés de que el referéndum no tendría efectos legales, según ha recogido la cadena de televisión británica BBC. «Un referéndum celebrado legalmente tendría importantes consecuencias políticas relacionadas con la unión y el Parlamento de Reino Unido. Su resultado podría tener la autoridad, en una cultura constitucional y política con pilares en una democracia, de expresión democrática sobre la opinión del electorado escocés», ha sostenido. Tras ello, Sturgeon se ha mostrado «decepcionada» con el fallo, si bien ha dicho que lo «respeta». Asimismo, ha dicho que el Supremo «no hace las leyes, sólo las interpreta» y ha agregado que «una ley que no permite a Escocia elegir su propio futuro sin consentimiento de Westminster expone como mito cualquier noción de que Reino Unido es una asociación voluntaria y refuerza el caso de la independencia», ha argüido. «La democracia escocesa no será negada. El fallo de hoy bloquea una ruta para que se escuche la voz de Escocia sobre la independencia, pero en democracia nuestra voz no puede ser silenciada y no será silenciada», ha manifestado en su cuenta en la red social Twitter, antes de anunciar que dará un discurso más detallada en las próximas horas.

Por su parte, el ministro británico para Escocia, Alister Jack, ha destacado que el Gobierno británico está comprometido a trabajar con las autoridades escocesas sobre «los asuntos que importan a la mayoría de la población de Escocia». «La gente en Escocia quiere que sus gobiernos concentren toda su atención y recursos en las cosas que más les importan. Por eso estamos centrados en asuntos como restaurar la estabilidad económica, dar a la gente la ayuda que necesita con sus facturas eléctricas y apoyar al sistema sanitario», ha zanjado. Sturgeon quiere sacar de nuevo las urnas el 19 de octubre de 2023, pero el Ejecutivo central considera que el debate independentista quedó zanjado con la consulta de septiembre de 2014. Las autoridades escocesas consideran que el escenario ahora es muy distinto, con Reino Unido fuera de la Unión Europea.