Imagen de la periodista rusa difundida por la plataforma polaca que ha dado pábulo al caso. | Redacción Digital

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Un escándalo mayúsculo, impropio incluso para alguien como los rusos en zona de guerra. Así describen ciertas voces un suceso acaecido en Melitópol, ciudad ucraniana ocupada por las tropas de Vladímir Putin en el marco de la invasión iniciada el pasado 24 de febrero. Sin embargo, otros creen que el caso de la reportera rusa Olga Zenkova es pura propaganda, basada en la desinformación que emana a borbotones sobre aquello que en verdad sucede en la zona de guerra.

En las últimas fechas ha cobrado relevancia a nivel internacional una historia, que sin embargo no ha sido corroborada por ninguna fuente oficial. No obstante, los medios sociales difunden a bombo y platillo lo que supuestamente le ocurrió a un equipo de televisión de NTV, cadena controlada por el Kremlin. Se trata de medios que han cobrado una extraordinaria relevancia entre la ciudadanía europea desde el inicio de la agresión rusa. Hay quien duda de sus intenciones, pero antes, este es el supuesto 'drama' de una propagandista rusa en tiempos de guerra en Ucrania.

El relato asegura que las autoridades rusas y prorrusas acordaron realizar un reportaje propagandístico de la ocupación de Melitópol, en el óblast de Zaporiyia (sudeste). En ese contexto la propagandista Olga Zenkova se hallaba realizando su labor cuando tuvo un encontronazo con un grupo de combatientes chechenos 'distinguidos', en concreto el sobrino del propio señor de la guerra Ramzán Kadyrov. A resultas del mismo fue violada, y el cámara resultó golpeado en un restaurante.

Una de las fuentes que lo han compartido ha sido Igor Sushko, un piloto profesional de la liga japonesa con miles de seguidores en las redes sociales que se autodefine como nacido en Ucrania y americano. Su versión, vista por casi 300.000 usuarios de todo el mundo de Sidney a Toronto, agrega que «consiguieron su historia el 17 de enero: Zenkova fue violada en grupo y el camarógrafo golpeado por los terroristas».

«El 21 de enero, NTV envió una denuncia al Mayor General de Justicia Petrenko del Comité de Investigación porque las 'autoridades' locales en el Melitópol ocupado se negaron a abrir un caso penal». Antes que eso un mensaje había calado más hondo aun. Recibió más de cuatro millones de impactos en Twitter, y la autoría corre a cargo de una comunidad anónima con miles de seguidores en el corazón del Viejo Continente. Transmitía la misma versión, desde el mismo punto de vista, que la anterior.

A Visegrád 24 el medio antagónico de noticias, entrevistas y acontecimientos de Europa Central Kafkadesk.org lo califica como «desinformación polaca mediante la receta húngara». Radiografían su curioso caso, y advierten que la cuenta de Twitter de Visegrád 24 «ha crecido rápidamente en popularidad, pero su motivación y financiación están lejos de ser transparentes».

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«Mientras capitalizan el apoyo occidental a Ucrania, los propietarios están construyendo una marca para 'Hacer que Europa vuelva a ser grande', importando un modelo exitoso probado inicialmente por Víktor Orbán en Hungría». Recordemos que Donald Trump quiso (y querrá nuevamente) hacer a América grande de nuevo desde la Casa Blanca estadounidense. Orbán, a su vez, es considerado uno de los referentes de las actuales corrientes ultraconservadoras y ultraliberales que han calado con fuerza en toda Europa, precipitando el Brexit del Reino Unido y más recientemente llegando al poder en Italia, o en Castilla y León sin ir más lejos.

«Los intentos húngaros por centralizar esa visión y exportarla a sus vecinos fracasaron, pero el plan siguió vivo en Polonia. En solo dos años Visegrád 24 se ha convertido en una de las mayores operadoras de información de Europa Central y del Este en inglés, y ello a pesar de su anonimato total, estructura de financiación opaca, carecer de un sitio web, falta de contenido original y con dudosos vínculos con el gobierno polaco».

Al albor del crecimiento de Visegrád 24, la opinión pública polaca ya parece insensibilizada ante un sitio de noticias alentador del Gobierno y con fuertes vínculos con el poder empresarial y político, a pesar de que esa 'receta' provenga de Hungría, Estado miembro de la Unión Europea al que la OCDE acaba de criticar su nulo compromiso para investigar y erradicar la corrupción sistémica.

Medios sociales y plataformas y comunidades en internet como Visegrád 24 difunden no solo informaciones más o menos sesgadas o contrastadas de la guerra. También dan pábulo a narrativas ultraliberales con el dinero de los contribuyentes, como sucede en su vecino húngaro también en el caso de los medios de titularidad estatal.

«Desde un punto de vista democrático, los intentos polacos a nivel internacional parecen desalentadores en un momento en que hay una guerra en curso en la región» comentan fuentes especializadas en Defensa y Seguridad Internacional, que recuerdan cómo curiosamente «el 31 de octubre de 2022 la cancillería polaca asignó el equivalente a 300.000 euros de la reserva presupuestaria para una ONG de ocio y salud llamada Action-Life Foundation para implementar una agenda pública con el nombre Visegrád 24».

La decisión porta la rúbrica del primer ministro de Polonia, Mateusz Morawiecki, y no contó con muchas explicaciones públicas. El nombre coincide plenamente con el de los perfiles en redes sociales que, durante los últimos dos años, han reunido a cientos de miles de seguidores agregando noticias de la región, y en la actualidad entregados en cuerpo y alma a retransmitir su visión de los hechos que rodean a la guerra de Ucrania, mientras unas veces más disimuladamente que otras cuentan historias que ensalzan la grandeza de los valores tradicionales europeos. Valores a los que parecen adscritos tanto Morawiecki como el propio Orbán, sin olvidar al amigo personal de este último, Vladímir Putin.