Una niña pequeña rescatada entre los cascotes de un edificio. | Reuters

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Tras los terremotos registrados este lunes en el noreste de Turquía y noreste de Siria sólo hay una ventana de siete días para rescatar a las personas que han quedado sepultadas bajo los escombros, dijo hoy un representante de la Oficina de Ayuda Humanitaria de la ONU, la primera que actúa en casos de desastre.

Esta estimación es resultado de innumerables operaciones de rescate en el mundo, aunque siempre puede haber excepciones y que las víctimas soporten un poco más de tiempo, comentó el portavoz de esa entidad, Jens Laerke, al hacer un primer balance del coste humano de la tragedia. Para rescatar a las víctimas, la ONU ha movilizado sendos equipos de evaluación de desastres, así como de búsqueda y rescate, compuestos por los mejores especialistas del mundo en estas tareas, los que están viajando a Turquía.

Además, el mismo lunes llegaron a este país doce equipos enviados por distintos países y se espera que otros 27 lleguen entre hoy y mañana. «El gran reto ahora mismo es el acceso por tierra (de este personal y sus equipos) ya que muchas carreteras de la región han quedado destruidas por los terremotos», comentó Laerke. Otra dificultad es la falta de vehículos para transportar a los expertos internacionales, ante lo cual las autoridades locales están movilizando camiones desde otras provincias de Turquía.

Contingente español

En este contexto, los efectivos españoles de rescate de la Unidad Militar de Emergencias (UME) y de la Comunidad de Madrid no pudieron aterrizar este lunes en el aeropuerto de Adana, en Turquía, para acceder a la zona afectada por el terremoto y sus vuelos fueron desviados a Anatolia, desde donde llegarán a lo largo de este martes. Los miembros de los equipos de emergencias salieron de España este lunes en dos aviones del Ejército del Aire y del Espacio -un A400M desde la base de Torrejón de Ardoz y un A330 desde Morón- con el objetivo de aterrizar en Adana, puerta del epicentro del terremoto que este lunes asoló parte de Turquía y Siria.

Sin embargo, pese a contar con autorización para ello, no pudieron aterrizar finalmente en Adana tras dos o tres horas sobrevolando el aeropuerto y fueron desviados a Anatolia, según ha revelado la ministra de Defensa, Margarita Robles. Desde allí intentaron acceder por carretera a la zona del seísmo pero fue imposible hacerlo debido a que es un viaje de más de doce horas y muchas de las carreteras están cortadas, además del cuantioso material de rescate con el que viajan.

Por ello, esperan poder volar hasta Adana este martes para iniciar inmediatamente las labores de búsqueda y rescate. Robles ha revelado que si los aviones no pueden llegar hasta el aeropuerto civil de la localidad, «colapsado» por la cantidad de tráfico que soporta, están haciendo gestiones para que puedan hacerlo en la base aérea militar de Incirlik en la que está desplegado un contingente español de 150 efectivos desde hace años junto a una batería antimisiles Patriot.

Una vez en la zona afectada por el terremoto, la ministra ha explicado que lo habitual es que se asigne una zona de trabajo a cada equipo de rescate, aunque ha reconocido que las autoridades turcas están «sobrepasadas» por la situación, con una estimación de más de 10.000 edificios derruidos y una cifra de fallecidos que puede alcanzar los 30.000.